¿Seguimos necesitando expertos? Cómo sobreviven o desaparecen los coaches, consultores y expertos en la era de la IA.
La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Unas pocas entradas y las soluciones están sobre la mesa en apenas unos segundos. Y todo por poco dinero o incluso gratis.
¿Qué significa esto para todos aquellos cuya actividad se ha basado hasta ahora en sus propios conocimientos, el asesoramiento individual y el apoyo interpersonal? ¿Seguirán siendo necesarios en el futuro los coaches, asesores y terapeutas?
Sí, los necesita. Pero ya no en su antiguo papel.
La nueva moneda: realización, contexto, relación
Lo que la IA no puede hacer: conexión humana, inteligencia emocional, matices. La frase «Sé lo que quieres decir», «lo he vivido en carne propia» dicha por alguien que ha recorrido el mismo camino, nunca será sustituida por un algoritmo.
Los expertos ya no venden información en la era de la IA. Venden:
- Su experiencia
- Reflexión en lugar de meras respuestas
- Claridad en lugar de opciones
- Estructura en lugar de avalancha de datos
- Conexión en lugar de contenido
Y, además, construyen relaciones reales. La comunidad se está convirtiendo en la nueva moneda.
En un mundo lleno de contenidos automatizados, de coaches charlatanes y contribuciones generadas por IA, existe un deseo creciente de autenticidad. Los encuentros personales, ya sea en conferencias o en grupos reducidos en retiros, no son solo «agradables de tener para nuestra gente», sino un factor de confianza decisivo y una razón para comprar.
La inteligencia artificial solo cambia las reglas del juego si está respaldada por auténticos conocimientos especializados, la capacidad de «mentorear» la experiencia y si se utiliza con sensatez.

Aplicaciones de la IA en los procesos de asesoramiento y coaching
Los coaches y consultores experimentados no ven la IA como una amenaza, sino que la utilizan como una herramienta estratégica. Dejan que ChatGPT o Gemini les proporcione ideas iniciales, hacen que Claude formule textos o utilizan sus propias GPT personalizadas para automatizar procesos.
Esto le ahorra horas de trabajo rutinario cada día, desde la creación de contenidos y el análisis de datos hasta la estructuración de ofertas. Pero para que esto funcione, necesitas claridad, estructura y experiencia real.
Sólo quien sabe lo que quiere puede dar instrucciones precisas a la IA. Sólo quien conoce a fondo su tema puede clasificar, adaptar y mejorar los resultados. Quien confía ciegamente, obtiene respuestas estándar. Los expertos obtienen calidad escalable.
He aquí tres formas concretas en las que la IA puede mejorar los servicios ofrecidos por coaches y consultores.
1. Más estructura en las propuestas.
Muchas sesiones de coaching y asesoramiento adolecen de falta de sistematicidad. Cada sesión comienza desde un punto de partida nuevo. La IA puede ayudar a crear estructuras repetibles pero individualizadas:
- Con la ayuda de un GPT personalizado, por ejemplo, puedes desarrollar un bot de coaching de iniciación que guíe a los nuevos clientes a través de los primeros pasos, responda a las preguntas más comunes y los prepare para la primera sesión en directo.
- También es concebible un GPT que ayude en la implementación, como un asistente que analice los comentarios de los clientes o los informes basados en los aportes que realicen los clientes y sus especificaciones.
2. Más claridad gracias a la reflexión y a las ayudas para la toma de decisiones.
Los clientes a menudo se pierden en bucles de pensamiento o se enfrentan a demasiadas opciones. La IA puede actuar aquí como sparring. No como sustituto, sino como fuente inicial de inspiración:
- Por ejemplo, mediante una GPT que formule preguntas de reflexión adecuadas basadas en un modelo de decisión de su elección (como la matriz de Eisenhower o una brújula de valores).
- O la IA acompaña la reflexión semanal de sus clientes de forma estructurada, formula preguntas específicas y proporciona comentarios individualizados basados en su propio método.
Mucha gente se pregunta: «¿Pero eso no será impersonal?».
No, todo lo contrario. Utilizada correctamente, la IA crea exactamente lo que hoy en día suele faltar: tiempo para la asistencia real.
Cuanto más eficazmente trabajes en segundo plano, más espacio tendrás para tus clientes. La IA no es un sustituto de las relaciones. Es una herramienta para que vuelvan a ser posibles.
3. Más conexión gracias a más tiempo para la interacción real
Cuando se automatizan tareas recurrentes como resúmenes de correos electrónicos, registros o ideas de contenidos, se gana tiempo para lo esencial: la conexión real.
- Por ejemplo, puedes utilizar una GPT para extraer las tareas pendientes de las reuniones, preparar testimonios, crear procesos o clasificar y responder a las consultas de los clientes.
- Unos procesos claros y herramientas de apoyo reducen el esfuerzo organizativo y crean más espacio para la presencia real.

¿Cómo se utiliza la IA?
Utilizar la IA no significa volverse dependiente. Significa asumir la responsabilidad: claridad, estructura y eficacia en tu propio negocio. Para que la IA realmente ayude y no confunda, es necesario un enfoque específico.
He aquí cinco pasos concretos sobre cómo pueden proceder sistemáticamente los coches y consultores:
1. Crear claridad acerca de los ladrones del tiempo: ¿Dónde se produce actualmente la mayor pérdida de tiempo?
Antes de utilizar la IA, identifica primero tus cuellos de botella:
- ¿Qué tareas se repiten con regularidad?
- ¿Qué tarda más de lo que debería?
- ¿Dónde se procesa la información manualmente aunque podría automatizarse?
Palancas típicas: producción de contenidos, resúmenes de llamadas, desarrollo de ofertas, atención al cliente.
2. Hacer visibles y normalizar los procesos.
La IA necesita una estructura para funcionar con sentido. Por tanto, debes documentar los procesos más importantes de tu empresa:
- ¿Cómo se prepara una reunión 1:1?
- ¿Qué pasos dan los clientes en su programa de grupos?
- ¿Cómo es el camino desde el contacto inicial hasta la reserva?
Cuanto más claros sean sus procesos, mejor funcionará la automatización.
3. Seleccionar un proyecto piloto y probar conscientemente la IA.
Selecciona un caso de uso específico para el inicio, por ejemplo:
- Un GPT que crea borradores de boletines basados en tus puntos clave
- Un GPT de reflexión que plantea preguntas semanales a tus clientes
- Una herramienta que resume automáticamente los puntos más importantes tras una llamada telefónica.
Empieza por un área que conozcas bien para poder evaluar y ajustar rápidamente el resultado de la IA.
4. Optimiza los avisos y los sistemas con tus conocimientos especializados.
La IA necesita instrucciones precisas y contexto. Esto significa que tú traduces tu experiencia en instrucciones claras. Por ejemplo, mediante indicaciones como la siguiente:
«Imagínate que eres experto en marketing de comunidades: hazme cinco preguntas en profundidad sobre la afiliación de grupos objetivo basándote en esta oferta que te adjunto…»
Consejo: Desarrolla tus propias bibliotecas de avisos para tareas recurrentes. Esto te ahorrará mucho tiempo.
5. Obtener, perfeccionar y documentar los comentarios.
La IA es un sistema que aprende y tú también. Obtén información de los clientes; por ejemplo, sobre el uso de GPT en tu programa. Compruébalo periódicamente:
- ¿Dónde proporciona realmente apoyo la IA?
- ¿Dónde se vuelve demasiado impersonal o poco claro?
- ¿Dónde necesitamos un liderazgo (aún) más humano?
Documenta tus experiencias y desarrolla tus propias «reglas del juego de la IA» para tu empresa.
Lo que necesitas para esto:
- Un conocimiento profundo de tu propia metodología de coaching o asesoramiento.
- Claridad sobre los procesos recurrentes y automatizables.
- La voluntad de revisar críticamente y seguir desarrollando los resultados de la IA y adaptarlos a tus requisitos de calidad.
Porque solo quienes saben cómo generar claridad al respecto, dándole la estructura y la conexión, pueden decirle a la IA cómo debe apoyarlas. Esto no solo cambia nuestra forma de trabajar, sino también nuestros modelos de negocio.

Lo que se queda y lo que se puede ir
Lo que queda es la necesidad de un apoyo auténtico. Precisamente porque todo va cada vez más rápido, crece la necesidad de profundidad, claridad y diálogo honesto. Lo que puede desaparecer es el mito de que la experiencia por sí sola basta para tener éxito.
El futuro pertenece a quienes pueden hacer ambas cosas, a los expertos en híbridos. Estos especialistas:
- pueden utilizar herramientas como la IA con confianza y dirigir de forma humana,
- deciden con valentía qué automatizan y qué no automatizan deliberadamente,
- construyen relaciones reales y utilizan sistemas inteligentes al mismo tiempo,
- traducen su propia experiencia en nuevos formatos, como programas de grupos acompañados,
- ponen estas herramientas de IA a disposición de sus clientes.
No estamos ante el fin de la era de los expertos, sino ante un cambio radical. Quienes se reposicionen hoy, se posicionen con claridad y estén dispuestos a asumir la responsabilidad de obtener resultados reales tienen más oportunidades que nunca.
La pregunta no es: ¿Seguimos necesitando expertos? Más bien es: ¿Qué opinas de esta nueva realidad con la IA a tu lado?


























































Desde hace años he opinado, que nunca antes hubo tantas oportunidades como a partir del año 2000 para «hacer carrera» o iniciar un emprendimiento pequeño, a pesar de la globalización y de macroeconomías estancadas e incluso en parte regresivas en su crecimiento. El mercado laboral para ejecutivos de mando medio o de alta dirección, justamente es más atractivo ahora, tanto para jóvenes recién iniciados, así como para «viejos zorros». La única condición inicial es una actitud activa, dispuesta al cambio, pero estratégicamente correcta.
