Los empleados no tratan con el cliente en absoluto, sino que se dedican a cumplir las normas. En otras palabras, la empresa gira en torno a sí misma. Burocratismo, proyectos sin referencia directa al cliente, “reunionitis” (casi una manía), locuras de CC en los correos electrónicos para cuidarse las espaldas, documentación e informes irracionales que consumen una cantidad increíble de tiempo. Lo anterior no contribuye en absoluto al valor añadido, sino acentúa la mentalidad “cover-your-ass” y a la desviación de la responsabilidad.
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