Cualquiera que crea que los objetivos corporativos estratégicos no son más que un simple plan tiene un problema, ya que los planes con cierta rigidez pueden ser bastante inútiles cuando surgen crisis o cambios externos que impactan el negocio. Pero ¿cuáles son entonces los objetivos corporativos estratégicos?
En los negocios, la estrategia se entiende clásicamente como el comportamiento de las empresas que suele planificarse a largo plazo para alcanzar objetivos. En centros educacionales, organizaciones gremiales o instituciones deportivas o sociales, frecuentemente la gestión estratégica brilla por su ausencia, muchas veces influenciado por consejos directivos (directorios) ad-honorem muy heterogéneos y con poco oficio en el rubro. En este sentido clásico, cuando se trata de estrategia corporativa, la pregunta es: ¿Cómo se debe lograr un objetivo corporativo?
Esta definición clásica de estrategia u objetivo corporativo estratégico se basa en un error capital, ya que esta supuesta estrategia muchas veces no es más que un plan. Pero cualquiera que considere que los objetivos corporativos estratégicos no son más que un plan que sólo necesita ser elaborado, llegará rápidamente a sus límites. Aquí es cuando la capacidad de planificar ya no es posible, generalmente debido a cambios o incluso en situaciones de crisis externas o internas.
Los objetivos corporativos estratégicos pueden sacartew de una crisis
Pero ¿qué es la estrategia corporativa si no es un plan? ¿Y por qué es tan importante que formules objetivos corporativos estratégicos?
Imagina que tu empresa tiene problemas de liquidez (hecho que desencadena que el 80% de las Pymes desaparezca antes de los 5 años desde su fundación). En general, se puede suponer que los problemas de liquidez fueron precedidos por problemas estratégicos y, por tanto, son su causa. Si elaboras un plan en esta situación, priorizas las acciones y las analizas una tras otra, puedes tener la seguridad que no podrás controlar tus problemas de liquidez a largo plazo. La razón es que no has cambiado tu estrategia comercial.
Una posible meta estratégica (también puedes llamarlo plan de acción) en esta situación podría ser, por ejemplo: «Queremos hacernos un nombre como «fuerza de reacción rápida» al problema «X» de los usuarios». Semejante meta no es en absoluto un plan detallado, el que puede elaborarse una vez que esa meta muestre frutos o signos positivos para salir de la crisis de liquidez.
Y con el objetivo estratégico de posicionarse como una “fuerza de reacción rápida” para tus clientes, en realidad tiene muy buenas posibilidades de escapar de la crisis de liquidez. Porque como solucionador de problemas que lo realice mejor que los competidores, simplemente puedes lograr otros precios…, como lo explico en detalle en el libro Turbo para Pymes.
Encontrar el objetivo corporativo estratégico es el primer paso.
Después de un análisis detallado, se formula el llamado objetivo corporativo estratégico. La estrategia se basa en un objetivo común: no en un plan detallado, sino en una idea buena y, sobre todo, consensuada de hacia dónde deberían ir las cosas en el futuro. Primero hay que encontrar este objetivo superior. Esto requiere análisis, creatividad y experiencia. Si logras encontrar este objetivo corporativo estratégico, será el primer y más importante paso en cualquier estrategia corporativa viable.
Una vez que hayas encontrado ese objetivo, continúa pensando en cómo puedes lograrlo. El patrón de decisión resultante es la estrategia empresarial. Esto suele ocurrir en empresas pequeñas dirigidas por una figura central. Esta estrategia, que no es un plan, es flexible y prioriza el clienting basado en ESC©.
Por ejemplo, si el entorno cambia y la meta deseada se vuelve inalcanzable o se presenta una oportunidad excepcionalmente buena, entonces bien puede suceder que se abandone la meta original y se busque una nueva.
Mano en el corazón: ¿Tienes un objetivo corporativo estratégico?
Es esta flexibilidad la que distingue la estrategia de liderazgo y comportamiento concentrado en cuellos de botella como una estrategia empresarial sostenible. En lugar de obligar explícitamente a la empresa a cumplir con procedimientos y políticas rígidas, incluso si representan una desventaja, esta estrategia se define por el hecho de que es fácil de adaptar.
A pesar de su flexibilidad, la estrategia de liderazgo y comportamiento concentrado de cuellos de botella es una estrategia planificada. Ello es así, porque alinea intencionalmente el patrón de decisiones con un objetivo corporativo estratégico global con el objetivo de convertirse en líder del mercado, pero no en cualquier mercado, sino concretamente en el nicho más prometedor de éxito.