¡Me lo advirtieron!
Algunos amigos y conocidos me habían advertido de esto, cuando me independicé por primera vez a los 22 años, por ahí por 1979. ¡Pagué el noviciado, y tampoco tenía una estrategia de posicionamiento eficaz! Mi esposa, Christi, a su manera, también me lo advirtió.
Vinieron los ajustes y la aplicación de una estrategia eficaz, pero después de haberlo pasado muy mal.
Muchos años después, incluso me tomé una pausa extensa en mis emprendimientos y consultorías, la que duró ni más ni menos ocho años, donde lideré un gran proceso de cambio estratégico en una renombrada corporación educacional. ¡Pero renuncié!
¿Por qué?
Básicamente por razones de salud y para poder dedicarme a desafíos y tareas que no estuviesen tan ligadas al exceso de estrés malo, lo que me había afectado el sistema inmunológico y traído otras consecuencias graves (ver artículo click aquí). En el año 2017 retomé mi autoempleo con una oferta muy limitada: asesoría en cambio estratégico en Pymes y colegios, algunos coaching a altos ejecutivos y emprendedores, y con un pendiente: mentor para emprendedores a partir de su época universitaria.
Asimismo decidí seguir mi pasión de escribir. En algunos de estos libros plasmaría mi experiencia como alto directivo y consultor por tantos años. Dentro de esos libros, inicialmente el principal, sería un libro de estrategia para Pymes, muy práctico, que finalmente se publicó en enero 2022 y ha mostrado bastante éxito en ventas, sobre todo en México y USA: Turbo para Pymes

Y nada más.
En esto de escribir ese libro, hubo varios que entonces lo observaron con escepticismo:
“Pero las Pymes, sobre todo las microempresas no tienen dinero, no tiempo para leer y estudiar y se los come el día a día con el cuello de botella del flujo de caja…”
Es cierto. No todos. Pero muchos los leen e incluso los utilizan con fervor como herramientas o fuente de inspiración. Y tienen grandes ambiciones e ideales.
Lo que en teoría parecía una restricción excesiva, con los años ha demostrado lo contrario. Y, por supuesto, también he evolucionado: como consultor, ya no defino mi grupo objetivo en función del tiempo que mis clientes llevan trabajando por cuenta propia, sino en función de cómo se ven a sí mismos y, qué tan abiertos están a cambiar su estrategia. ¡Muchas triunfan! Y algunas de aquellas Pymes que poseen un diseño bonito, una idea que a buenas y primeras suena bien, fracasan una y otra vez por la falta un posicionamiento claro.
¿Por qué a tantos les resulta tan difícil posicionarse con nitidez, es decir concentrarse en un grupo objetivo más delimitado, en lugar de dispersarse?
A menudo, porque están envueltos en bonitos argumentos falsos, varios de ellos a partir del miedo (aunque no lo reconozcan):
“Pero me encantan los diferentes retos”.
“Pero no quiero rechazar a estos clientes sin más, porque esa es parte de mi estrategia de diversificación del riesgo”.
“Pero mis dos pilares están cerca de mi corazón”.
La amarga ironía detrás de esto es:
Muchos emprendedores y dueños de Pymes temen tener que limitarse para lograr posicionarse de una manera mucho más eficaz.
Y pasando casi por alto que con ellos aceptan limitaciones aún mayores para hacerlo:
- No poder dirigirse con precisión a su grupo objetivo
- No ser capaces de exponer claramente sus beneficios
- Tener que gastar el doble en marketing…
…y sólo conseguir la mitad de los resultados - Estar constantemente estresados porque el tiempo o el dinero no son suficientes.
Y seguir obteniendo resultados mediocres, a pesar de tener unas habilidades extraordinarias.
Lo que, por otro lado, es liberador, ya que existe otro enfoque:
Claridad y concentración en lo que es realmente importante (para ti).
Si aún no leíste el libro: ¡Escríbeme!
Deja un comentario