Patagonia 2016 – Comenzando el regreso…
Chao Patagonia, hasta la próxima!

Con la salida desde Villa Cerro Castillo con destino Puerto Chacabuco, “técnicamente” se inició la despedida de este viaje patagónico multifacético, a ratos aventurero y sobre todo afortunado. En el camino conocimos personas interesantes, diferentes, de quienes siempre aprendes algo y te dejan una huella emocional de distinta profundidad. También afortunados por los encuentros sorpresivos y cercanos con la fauna silvestre, por la abundancia de emociones (…y el hecho de inducirme a reflexiones especiales) durante la navegación en los mares australes, con sus canales y hielos maravillosos. Afortunados por la majestuosidad y belleza de montañas y lagos, que te cautivan. Por supuesto también fortuna, por vivir la diversidad de la flora, desde la minimalista que sobrevive en una pampa árida, ventosa y extensa, hasta la nativa frondosa y exuberante, llena de árboles añosos en cuya corteza se escribe la historia de la naturaleza más virgen patagónica. Por supuesto, en todo ello, el clima también nos ayudó a disfrutarla con todos los sentidos. Por último, para estar 24 hrs juntos por 4 semanas, también fortuna, de que Christi me tuvo paciencia…, y yo a ella.

Hoy, camino al Puerto de Chacabuco, donde Navimag te hace llegar demasiadas horas más temprano, para embarcarte con tu vehículo rumbo a Puerto Montt (aprox. 24 hrs de travesía), pasé a ver al Hospital Regional a uno de mis re-buenos amigos desde la época del colegio: Willi Schwarzenberg, que es médico, quien calculo que reside hace más de 30 años en Coyhaique. Tuvo que ser “visita de médico”, a la pasada, pero en los abrazos de verdad, se sabe cuando son de verdad.
Termino este reporte desde el embarcadero, día de chubascos para hacer honor a la zona en la despedida, esperando pacientemente concluir los pasos de todo el trámite, que nos permitirá embarcarnos con jeep y todo en el ferry Evangelistas.


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