“En estos meses he reafirmado, que no hay que darse por vencido. En eso, el deporte ha sido parte de mis lecciones de vida. Sí, el deporte como gran escuela de aprendizaje acerca de triunfos y derrotas, de sobreponerse a la adversidad, el enfrentar a los mejores, de pensar en equipo y no sólo en la fortaleza aislada. Si realmente aprendes de todo ello, te hace desarrollar la fortaleza y el tesón del clavo corroído, el que incluso viejo y mal herido, puede volver a ser clavo”.
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