Elección de carrera profesional: ¿En qué debo convertirme?
Desde pequeños escuchamos una pregunta: ¿Qué quieres ser cuando seas mayor?
Los jóvenes que están a punto de encontrar una carrera, que quieren empezar un aprendizaje o elegir un campo de estudio, se hacen la misma pregunta: ¿Qué quiero ser? Pero puede ser una pregunta equivocada. Al menos, si lo que se pretende es una vida plena. La cuestión de QUÉ CARRERA es lo que lleva a una opción intercambiable hoy en día, porque las carreras rara vez siguen caminos uniformes a lo largo de la vida…(salvo —en parte— algunas profesiones muy arraigadas a lo técnico, como las médicas por ejemplo).

Elección de carrera profesional u oficio: QUÉ vs QUIÉN
La pregunta “¿Qué quiero ser?” está cada vez más obsoleta a medida que disminuyen las carreras laborales “de tiraje a la chimenea” (trayectoria profesional tradicional, donde las carreras se desarrollan en varias etapas dentro de un marco relativamente definido. Un rasgo característico suele ser la estrecha relación de las oportunidades de promoción con la propia área de especialización técnica), mientras hoy en día aumentan las denominadas carreras “patchwork” o “mosaico” (se define como una multitud de pasos profesionales individuales, que en su conjunto dan lugar a un modelo de carrera uniforme. Ya no se puede dar por sentado que sólo hay una fase de la carrera. En cambio, las pausas, los cambios de carrera, los saltos de empresa y de trabajo (“jobhopping”) en el currículo son cada vez más normales.
Por favor, no me malinterpreten: Por supuesto, es importante tener objetivos, decidirlos conscientemente (!) y luego perseguirlos con constancia y toda la pasión. Pero el QUÉ puede cambiar una y otra vez.
Afortunadamente, ya no tienes que encontrar la profesión ideal para ti de inmediato y no estás atado a ella de por vida. Esto no es un pase libre para un enfoque descuidado de la elección de la carrera, pero sí quita la presión.
Es mucho más importante mirar su desarrollo profesional en perspectiva. El primer trabajo puede ser un peldaño importante, una entrada en la carrera, una cesura, pero no es el final del camino. Entonces, ¿dónde y con quienes quieres desarrollarte? ¿Cuál es el objetivo a largo plazo? Por favor, piensa también en otras áreas de tu vida: La pareja o la familia – y cómo se puedes conciliar tu desarrollo con tus objetivos profesionales.
Por lo tanto, la pregunta tal vez más importante suena sólo mínimamente diferente, pero marca una diferencia gigantesca en tu desarrollo personal y en tu actitud ante la vida:
¿En quién quiero convertirme?
La pregunta es similar a las preguntas por qué y para qué: suenan relacionadas pero tienen una perspectiva completamente diferente.
Los que se preguntan en qué quieren convertirse concentran sus ambiciones, sueños y su energía en un valor bursátil que no está sujeto a los ciclos económicos, que nunca les puede ser arrebatado y que (idealmente) se revaloriza constantemente.
Sobre todo, pone la causa y el efecto en una relación saludable: la carrera es entonces lo que ocurre durante el desarrollo de la personalidad – mientras sucede. La prioridad, sin embargo, es un modelo no competitivo que sólo puede emular uno mismo, PORQUE quiere (y puede).


Qué puedo hacer: ¿Cómo medir y desarrollar tus propios puntos fuertes?
¿Cuáles son tus puntos fuertes? Esta pregunta no es solo importante para la entrevista de trabajo, sino sobre todo que también deberías ser capaz de responderla por ti mismo.
El autoanálisis o análisis de los puntos fuertes suele ser el primer paso para encontrar una carrera. Pero también más adelante, cuando quieras cambiar de carrera (vulgo: cambio de trabajo). También tiene mucho más sentido reforzar tus puntos fuertes que trabajar en tus puntos débiles.
Entonces, ¿cómo reconocer y desarrollar sus propios puntos fuertes?
De hecho, la mayoría de la gente se juzga mal. Esto suele basarse en la ilusión y la falta de honestidad hacia uno mismo. ¡Fatal! Porque de este modo, los afectados se envían a sí mismos por el camino equivocado. Por eso es tan importante no sólo confiar en la propia imagen, sino también obtener al menos dos o tres opiniones externas y, por lo tanto, una imagen externa bien formada, y finalmente comparar las dos y concentrarse en la intersección.
Sin embargo, la llamada comparación sistemática también es útil. Esto puede hacerse en tres pasos:
1º Identificar los puntos fuertes:
Por favor, coge una libreta y anota: ¿Qué es lo que más te gusta hacer? ¿Qué te resulta más fácil que a otros? ¿Y dónde cree que sus habilidades están por encima de la media? ¿Para cuáles problemas mal resueltos? Estos son los primeros indicios de tus puntos fuertes. Sin embargo, menos es más: no escribas más de siete puntos en el bloc de notas, pues de lo contrario se vuelve arbitrario. Muchos más detalles al respecto podrás encontrarlo en tres de mis libros (Herramientas de Coaching, Turbo para Pymes o Artenea).
2º Medir los puntos fuertes:
Ahora añade una escala a la derecha de tu hoja de papel, del 1 al 7 (o al 10, si prefieres). Ahora califica (incluyendo calificaciones de otros) los puntos fuertes que aparecen en la lista, ¡honestamente! Uno significa “puedo hacerlo bastante bien”; siete, “nadie puede hacerlo tan bien como yo”. De este modo, podrás filtrar una vez más cuáles son tus puntos fuertes definitivos.
3º Desarrollar las fortalezas:
Ahora que conoces tus principales puntos fuertes, nómbralos de la forma más concreta posible. ¿Quizás también hay puntos fuertes relacionados? Puedes repetir los dos primeros pasos para estos. A continuación, pregúntate: ¿Qué tendría que hacer para reforzar aquellos puntos fuertes que son importantes para mí pero que tienen menos de 6 puntos en la escala? A veces sólo falta la práctica, pero a veces también la experiencia. Ambos pueden ser trabajados. La mejor manera de hacerlo es compararse con personas que son (todavía) mucho mejores que tú en este aspecto: ¿Qué hacen ellos? ¿Cómo puedes emularlos, aprender de ellos? Nada más empezar, ya estás desarrollando tus puntos fuertes…

Encontrar una carrera: ¿Cómo puedo encontrar la profesión que me conviene?
Por supuesto, aún queda la búsqueda de una profesión adecuada, que también puede ser un oficio. A muchos les resulta difícil, ya sea porque la elección es aparentemente ilimitada, o bien, porque les preocupa tomar la decisión equivocada.
No obstante, hay algunos métodos para encontrar una profesión que nos parecen útiles. Estos son:
1º Análisis de competencias
Debes ser consciente de tus puntos fuertes (véase punto anterior). Proporcionan una buena orientación a la hora de elegir una carrera, siempre mejor que nuestros intereses. Una y otra vez hay estudios que demuestran que los intereses no son tan decisivos para el éxito profesional como las competencias o la motivación intrínseca (que a menudo se confunde con los intereses).
Por ejemplo, si eliges el mundo de los medios de comunicación por tus intereses, puede que pronto descubras que no es tan glamuroso internamente, pero la presión es enorme y la industria es un acuario repleto de tiburones.
La frustración es inevitable. Por lo tanto, ten en cuenta tus intereses, pero nunca los mires de forma aislada. Es más importante informarse a fondo sobre las habilidades que se demandan en determinadas profesiones y sectores, para lograr ciertos objetivos o resolver ciertas tareas, y con esto en este lugar no me refiero a las “habilidades de trabajo en equipo”.
2º Sueños de infancia
Parece ingenuo, pero no lo es. Haz memoria: ¿qué querías ser de pequeño? Por supuesto, surgen las típicas profesiones como bombero o veterinario. Pero tu verdadera motivación y una fuerza superior pueden estar ocultas detrás de ellas. Por ejemplo, una marcada motivación social y de ayuda (médico, bombero, enfermero) o el deseo de guiar a los demás (profesor, actor, presentador). Tómate el tiempo de comprobar qué aspectos de tus deseos de la infancia siguen siendo relevantes para ti hoy en día y cuáles puedes realizar.
3º Modelos de conducta
¿Hay personas que te hayan fascinado durante mucho tiempo y a las que describes como modelos a seguir? Entonces analiza por qué: ¿es su carrera o hay ciertas cualidades encarnadas que te impresionan? También pueden ser una buena guía para la elección de su carrera. Pero, por favor, no confundas causa y efecto. Algunas personas admiran el éxito o la prosperidad de sus modelos, pero pasan por alto el modo en que han llegado a ellos. Esto último es crucial para ti. El resto viene después.
4º “Test” en línea
Existen muchos test de orientación profesional. Los menos son verdaderamente confiables, por lo cual debieras relativizar sus resultados y tomarlos sólo como guía. Uno muy popular es TheCarreerTest. Como orientación, puede ser más confiable si está basado en el RIASEC-Test según John Hollande. Probadamente más preciso es uno alemán, pero que hasta ahora sólo existe en ese idioma. Un complemento son los llamados test de personalidad que se encuentran en abundancia en Internet. La calidad de estos análisis a menudo no puede determinarse a primera vista. Si quieres saber más sobre el tema, acabas rápidamente en sitios de astrología siniestros. No obstante, estos análisis de la personalidad pueden proporcionar una primera orientación: Myers Briggs Test o uno llamado “Insights”.
Sin embargo, al mismo tiempo te darás cuenta de que no hay un único método correcto para encontrar una carrera. Tampoco hay que fiarse sólo de una prueba. En definitiva, la combinación de diferentes métodos y autopruebas sirve sobre todo para agudizar su propia percepción de sus puntos fuertes y su potencial. Asesórate bien, infórmate exhaustivamente: Por tu futuro deberías valer invertir este tiempo en ti mismo. Entonces, decide —tú mismo— en quién y qué quieres convertirte.
Elección de carrera: Cómo se relacionan la profesión y la vocación
A veces pensamos que es muy fácil encontrar una profesión y, sin embargo, aún no hemos avanzado; esto puede deberse en parte a nuestra autoevaluación. Debes ser realista y, sobre todo, honesto: casi nadie domina todas sus habilidades por igual, incluso las personalidades buenas para escanear a otros tienen sus puntos de preferencia.
Por no mencionar que un talento así (sobresaliente en todas sus habilidades) sólo se aplica a un pequeño porcentaje de la población. Para mantener la motivación en este proceso, a menudo angustioso, de encontrar una carrera, volvamos a mirar atrás: después de hablar del QUÉ, el QUIÉN y el CÓMO, veamos el POR QUÉ.
¿Por qué haces esto? Hay varias razones. En primer lugar, por supuesto, las operativas: de algo hay que vivir. Tienes que pagar el alquiler, el coche, alimentarte, divertirte, etc. Esa es la razón más obvia, pero no debería ser la única motivación.
Para otros, la autorrealización está en primer plano: tal vez ellos (o los demás) reconocieron su gran talento en el colegio y fueron alentados en consecuencia. Por ejemplo, los que han estado aprendiendo y formándose en un club o escuela de danza desde una edad temprana, tienen más facilidad para encontrar su camino en la profesión a través de su afición y también han creado una red de contactos a una edad temprana.
Y aquí está la constatación: el trabajo debe ser divertido. Los que sólo viven para el fin de semana y trabajan de lunes a viernes hasta la “hora nona” tienen poca calidad de vida; la frustración y la depresión no son pocas veces el resultado. Además, pasamos demasiado tiempo en el trabajo; al fin y al cabo, una media de al menos 45 horas, y posiblemente también sumado un tiempo de traslado al trabajo que para algunos no es menor.
¿Por qué es tan importante hacer algo que te guste? Porque lo más probable es que realices esa actividad durante mucho tiempo. Esto no quiere decir que uno sea demasiado mayor para cambiar de profesión a partir de cierta edad.
Es que se hace más difícil hacer un cambio en una dirección completamente diferente. Cuando somos jóvenes, aprendemos más rápido. Y a menudo los empleadores exigen una experiencia específica del sector a una determinada edad. Además, no es fácil para todos los que tienen cuarenta y tantos años volver a asumir el papel de aprendiz.
Por último, si tienes claro qué trabajos están definitivamente descartados para ti (tareas y actividades, tipo de personas que trabajan ahí, salario, tiempos de traslado, rubro, horarios de trabajo, etc.), el proceso de eliminación te acercará bastante al trabajo que podría ser adecuado para ti.
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