Mujeres para Puestos Directivos: ¿realmente piensan en grande?
¿Por qué la fuerza mental es un factor clave para salir adelante?
En la era post-feminista todavía hay mucha necesidad de acción, para aumentar la proporción de mujeres en posiciones de liderazgo. Pero no todas las razones de la ausencia de mujeres en la parte superior de las organizaciones, las vamos a encontrar en las circunstancias externas o la ausencia de aliados para ellas. Mucho se debe también a la actitud de una mujer frente a su carrera directiva, sea en empresas, ONG’s, universidades y colegios, en la política, el deporte u otros ámbitos. No es infrecuente que las organizaciones se quejen de que carecen de candidatas adecuadas para puestos directivos, pero no sólo de mujeres, sino de hombres también. Una mirada crítica a los argumentos de uso frecuente por muchas mujeres, permite transparentar la mentalidad de muchas de ellas y muestra – a mi entender – algunos de los aspectos en los cuales deben trabajar en sí mismas, para lograr un mayor desarrollo para alcanzar puestos directivos, si es ello lo que ambicionan:
Apreciación Errada Nr. 1: No necesito una red.
Mujeres trabajan intensamente en soluciones a problemas y tareas, pero muchas veces se niegan a hacer contactos e intercambiar ideas y soluciones con otros. Sus redes laborales clave, son mucho más reducidas que las de los hombres. Sin embargo, para la búsqueda de posiciones de liderazgo es importante ser visibles, conocer a muchos posibles “sparring partners” para intercambiar experiencias. A diferencia de los hombres, las mujeres no se apoyan naturalmente entre sí. Los temores subliminales a menudo desempeñan un papel: “¿Si soy demasiado abierta en comunicar mis pensamientos, libero demasiada superficie de ataque? ¿Qué piensan los demás de mí, es cada error una debilidad? ¿Debo confiar más en los demás?

apreciación Errada Nr. 2: No me gusta ser el centro de atención.
Las mujeres bien preparadas y profesionalmente destacadas, desean ser respetadas y alentadas, pero a la vez son renuentes a ser colocadas en el foco de atención. Pero es inevitable, que cada paso adelante en la carrera profesional, expone más a la persona y obviamente genera un mayor foco de atención. Sin embargo, aquello que en cuanto a marketing personal es tan normal como el agua para la rueda de los molinos para los colegas masculinos, es frecuentemente una razón de inhibición para las mujeres en el camino hacia posiciones de liderazgo . Tienden a trivializar su propio éxito, en lugar de estar orgullosas de éste. El motivo subliminal (a veces no tan sólo subliminal): no ofender, despertar envidia, enterrar a colegas.
apreciación errada nr. 3: voy a sobreexigir a mi entorno privado.
Ser un líder significa tomar responsabilidades más trascendentales para las organizaciones, así como invertir más tiempo que el promedio de las personas. Muchas mujeres rehuyen esas posiciones, por la preocupación de no poder estar suficientemente presentes para la pareja, hijos si los hay, familia y amistades. Especialmente cuando se espera o ya existe resistencia en ese entorno privado, las mujeres se abstienen de dar el siguiente paso hacia estas posiciones de liderazgo . En muchos casos, existen soluciones, pero para ello el foco debe ser distinto, ya que el puesto directivo soñado si es posible, siempre que la mujer posea claridad acerca de sus fortalezas y dónde estas aptitudes especiales serán altamente valoradas. Con ello, también se puede generar mayor flexibilidad horaria. Pero por supuesto, para eso se necesita generar la voluntad de todas las partes, tanto en el trabajo como en el entono privado.
Tropiezo para mujeres para alcanzar posiciones de liderazgo: falta de voluntad y temor a los conflictos y desafíos
La lista sigue y sigue, la realización sigue siendo la misma: falta un cierto tipo de fortaleza mental necesaria, para que más mujeres alcancen y tengan éxito en posiciones de liderazgo . Según Sigrid Bauschert, CEO del “Management Circle” y organizadora del “Global Female Leaders Summit”: “Tienes que tener la voluntad para tener éxito y de liderar. Y que tú también quieras progresar en tu carrera. Eso es lo que se echa de menos en muchas mujeres. Mujeres tienden a evitar conflictos y enfrentar los baches en el camino, ya que en cargos directivos es necesario tomar partido: no todo el mundo nace con esta determinación en función de objetivos, así como la habilidad para lidiar con conflictos, pero se puede aprender”.
La conciencia de los propios deseos, necesidades, fortalezas, visiones y metas es el punto de partida. La definición de lo que el éxito y la carrera influyen en cada cual, siempre está en el ojo del espectador. El camino hacia el conocimiento comienza con la auto-reflexión:
- ¿Qué es el éxito para mí?
- ¿Cuándo estoy satisfecha y feliz?
- ¿Qué es importante para mí?
- ¿A dónde quiero llegar?
- ¿Qué necesito de los recursos internos y externos para llegar a donde quiero ir?
una mujer Que pretenda posiciones de liderazgo, necesita una base sólida.
Para algunas es la búsqueda del poder y el reconocimiento, para otras son los símbolos y privilegios de estatus, mientras también está el desafío constante: las razones por las cuales las mujeres quieren estar en posiciones de liderazgo, son tan diversas como las mujeres mismas. Es como construir una casa: una mujer necesita buenos cimientos, sobre los cuales construir una casa que sienta segura. Esta base está compuesta por una mentalidad positiva y el conocimiento de las propias fortalezas, habilidades y talentos. Con eso me refiero a la actitud que tengan respecto a su trabajo, a sus clientes, proveedores, colegas y, como factor determinante, a la confianza en ellas mismas.

Las mujeres tienden a criticarse a ellas mismas más que a nadie en su entorno. Tienden a juzgarse muy duramente cuando las cosas han ido de manera diferente de lo que esperaban. Ante los próximos desafíos, muchas veces dudan en exceso acerca de sus capacidades, sub-valuándose. Ponen en el foco a otras y otros, que en su apreciación son más capaces, más exitosos, más eficientes, más populares o más inteligentes. En resumen: proporcionan, sin tener necesidad, un camino más pedregoso. Muchas añoran una conducta propia que sea soberana frente a colegas, colaboradores, jefes, clientes, proveedores o socios comerciales. Pero esta soberanía no crece en el terreno de la duda y la vacilación, sino en una sana autoestima y confianza en ellas mismas.
El aprecio comienza POR casa…
¿Quieres ser apreciada, reconocida? Entonces comienza por ti misma!
La fortaleza mental proviene de ser consciente de las propias fortalezas, desarrollar estrategias para enfrentar desafíos y obstáculos, así como saber aprovechar su potencial (y en eso trabajaremos mucho en este curso). Las cuestionables creencias negativas, convicciones adaptadas a las circunstancias y los pensamientos unilaterales, pueden influir negativamente en la acción y el comportamiento. Las mujeres mental y emocionalmente fuertes para posiciones de liderazgo no preguntan: ¿Soy lo suficientemente buena? Por el contrario, ellas saben: “¡yo valgo ser exitosa porque …!”
Si pretendes llegar a posiciones de liderazgo, en este curso podrás desarrollar esta fuerza mental, comprenderás las interacciones entre pensar y actuar, así como lidiar con las trampas femeninas auto-impuestas, como evitar tu auto-sabotaje, entre muchos otros.
¡Queridas mujeres, definan su objetivo! ¡Piensen en grande si quieren hacer carrera! ¡Identifiquen y crean en sus fortalezas, talentos y habilidades, pero también eviten la timidez de ser el centro de atención! Los temores, dudas y reparos no son buenas guías. Esta carrera la ganarás con experiencia y destreza, emotividad, habilidades sociales, amor por tu trabajo, ingenio y encanto. ¡En ello, te podré ayudar, al menos, darte un buen empujón!
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