Alemania y Noruega 2017 – El día de la Maratón de Berlín
El pronóstico habló de cielo nublado, pero los chubascos nocturnos y matinales nos sorprendieron un poco. Cuando partimos acompañando a Juan Pablo a iniciar la Maratón de Berlín – uno de los seis grandes a nivel mundial – lloviznaba, agüita que acompañó casi toda la carrera, al menos a aquellos que la corrieron en menos de 5 horas (…y al público también). El acceso era un verdadero mar de gente, mezcla de corredores, familiares y amigos así como observadores, hasta que dejamos a Juan Pablo en su lugar de última acreditación y partimos hacia el lugar de la partida. Casi increíble, que camino a la partida nos hayamos encontrado con el gran Iván “Mono” Moreno, el más grande velocista (ademas saltador de largo) que haya tenido Chile, a quien conozco desde que era niño. El “Mono” con sus más de 75 años de edad también correría la maratón, acompañado de una hija y yerno.
¡Tremenda vuelta tuvimos que darnos para llegar al lugar de la partida, llena de seguridad y policías ultrarmados con ametralladoras, ya saben, los malditos atentados! Apenas logramos llegar a ver a las gacelas que finalmente ganaron en un poco más de 2 hrs de carrera, después de realizar más de 5 km de caminata junto a una parte de la marea humana. De ahí fuimos cambiando de lugares para alentar a Juan Pablo y otros chilenos, desplazamientos según plan previo pero que sobre la marcha fue necesario adaptar a las circunstancias, movilizándonos siempre en metro y a pie. Buses y tranvías no operaban, al menos en esas zonas de la ciudad. También tuvimos nuestros pequeños altercados con otras personas del público, pero nada grave. En cada uno de esos puntos pudimos ver a Juan Pablo, así como observar a parte de los millares de participantes, desde los jóvenes pintosos, los viejos y ancianos, los agotados agobiados, participantes en sillas de rueda, los extravagantes, los disfrazados, los sufridos, incluso algunos corredores más regordetes que te hacían pensar que entrenando en serio, uno también podría… Nuestras banderas chilenas ayudaron a que corredores chilenos, mujeres y hombres, nos gritaran “vamos Chile” y de alguna manera sintieran un pedacito de patria y aliento durante la agotadora carrera. Aunque no lo crean, gracias al reloj de Berni que posee una aplicación que permite saber cuánto caminaste, supimos que lo nuestro fueron ni más ni menos unos 15 km. Y bueno, finalmente esperamos a Juan Pablo muy cerca de la meta, venía cansado y supimos después, con calambres desde el km 28, pero resistiendo y pudiendo llegar corriendo y no caminando a la meta.
Un gran logro para Juan Pablo, que nunca fue corredor, pero su preparación, motivación y tesón lo llevaron a cumplir este sueño. Si pues, hay que tener sueños y luchar por lograrlos, sobre todo si ellos son positivos y no dañan a terceros, sino incluso todo lo contrario. Eso no sólo lo vi hoy en mi hijo, sino en decenas de otras personas de distinta nacionalidad, raza, edad y condición física. Sin duda un gran experiencia como espectador activo.
Les dejo un vídeo que extracta parte de lo que vivimos al seguir la carrera en distintos puntos, así como de JP en la previa, durante y recién después de finalizada la carrera.
Mañana temprano salimos a Wilhelmshaven, para poder reunirme con el máximo experto en el tema de secuencias biophotónicas en Alemania.
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