Alemania y Noruega 2017 – Inspirado en 0rson Wells
Inspirado en Orson Wells y condimentado con mi propia salsa: “Nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Solo con nuestro amor y nuestra amistad podemos crear la ilusión del momento de que no estamos solos. Sin embargo, cuando encuentras extremos en el contacto con la naturaleza, ya sea que ella te los imponga como lo es en terremotos o huracanes, o bien, que tú te los impongas como desafío dentro de las reglas que natura finalmente siempre impone, también estarás solo, pero sin ilusiones, enfrentando a tu propia realidad y consciencia”.
Con ello inicio mi reporte de hoy y más adelante entenderán la razón. Anoche habíamos sido osados y contratamos casi para cada día, un total de nueve excursiones de alto nivel de exigencia. Debía motivar a Christi…, yo tenía y tengo mi propia agenda respecto de las excursiones.
Olvidé comentar, que en este crucero “Fiordano” las nacionalidades en número de participantes primeramente es es de noruegos, luego otros escandinavos, alemanes, ingleses y otros del Reino Unido, unos pocos franceses y el resto algunos exóticos como nosotros. Las edades, al ojo: 25% menores que nosotros, 25% como nosotros y un 50% mayores.
Dormimos bastante bien en nuestro buen camarote, tiene detalles, pero son más bien de viejos jodidos que reales. Después de desayunar, subimos a cubierta para presenciar la entrada hacia el sector del fiordo Hjørundfjord. Sin duda muy “ensimismaste”.
Cuando leí los pormenores de la excursión de hoy me pareció exigente, pero viable, de tincada. Partimos con dos mujeres guías, una de unos 50 años de edad y la otra debe haber pasado los 60 pero no se le notaba, ya que escalaba como gato montés. Después de una aproximación de 1,5 km aprox., se iniciaba una escalada, sí, una escalada por medio de un bosque de pinos y abedules, de un total de 3 km y una inclinación que oscilaba entre 45º y 60º . No sólo era eso, en muchas partes embarrado y resbaloso, otras menos por unas escaleras de piedra que insertaron de manera natural en este y otros lugares de Trekking unos Sherpas traídos del Himalaya. Esas escaleras son sólo para puentear en los sectores demasiado difíciles.
Pues bien, ahí iba con el primero de nueve de mis desafíos: llegar a la cima. Una primera prueba de fuego para mis pulmones en proceso de recuperación, para mi estado físico deteriorado por la larga inactividad física, los corticoides y la gula puntual. Por supuesto, también un gran desafío para mi mente. Hasta un tercio de la subida me mantuve en el grupo, pero jadeaba como un perro que había corrido la maratón. El cucharón, impeque. Informé a una de las guías de mis limitaciones y le propuse que el grupo siguiera a su ritmo y no me esperara, que yo llegaría arriba, pero a mi ritmo, un tanto más lento. Christi aperró y se sumó al grupo, que eran puros trekkeros avezados de diversas edades. Llegó fundida, pero junto al grupo. Yo debo haber llegado 10 a 15 minutos después, con desafío cumplido, pero estoy hecho pebre. Ya veremos mañana…, que en teoría es un grado de dificultad algo menor. Pero el sábado…..uff.
Bien, una vez lograda la cima de ese cerro empinado, la recompensa es tremenda, ya que la vista es espectacular. Las fotos hablarán por su propia cuenta.
Después de darnos un merecido duchazo, esperamos en cubierta nuestra corta pasada por Ålesund, ciudad edificada sobre siete islas de la costa oeste de Noruega. Durante las décadas de 1950 y 1960 fue uno de los principales puertos pesqueros de arenque. La leyenda cuenta que Gangerolf, más conocido como Rollón, fundador de la dinastía de los duques de Normandía en el Siglo X, provenía de Gisele, al noroeste de Ålesund.
Ahora casi listos para cenar y de ahí a cargar energías para mañana.
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