Basta
¡Estoy harto de saber que pasa! Estoy saturado de la conversación corta y sólo informativa, de lo que sucede ahora, de los hechos, de los acontecimientos, de tomar decisiones buenas y rápidas, de ser eficiente y eficaz. Y eso…, que ni siquiera me entero de todo lo contingente en la familia, amigos o trabajo. Sí…, de estoy harto.
Intermezzo: no estoy con depresión y menos aún quiero tirar todo por la borda. La andropausia aún no da señales de vida. No pretendo dármelas de lolo juvenil o de filósofo y poeta, así como tampoco me encuentro al medio de alguna crisis existencial.
Como quisiera poder crear más espacios y encontrarme con distintas personas, de distintas ideas y orígenes, para lograr más y largas conversaciones acerca del sentido de la vida, de la muerte, de la poseía emocional, de regresiones y otras vidas, de extraterrestres y ovnis, de música setentera rockera y de la otra, de las anécdotas emocionantes, de las vivencias del deporte, de las historias y cuentos aumentados en su dimensión a través de los años, de lo que me produce insomnio, de los sueños cumplidos e incumplidos, de amor, de sexo, de la complejidad de las relaciones humanas, también de ideas políticas que tengan sentido, de estrategias de vida y emprendimiento, del intelecto, de amistades de la infancia y adolescencia, de amores platónicos, de virtudes y defectos, de lugares y viajes, de aromas, aventuras en la naturaleza, de esa magia chilota o cielos atacameños, de temores e inseguridades, de proyectos motivadores….
Sí, conversaciones con personas que quiero y conozco, con personas que estimo pero con quienes no he tenido la oportunidad de conversar en profundidad, pero también otras nuevas, que hablen con emoción y profundidad, de sus ideas, vivencias y sentimientos, que confíen al compartir.
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