Reflexión: lo más interesante e importante que he plasmado por escrito en las últimas 24 horas
Sí, desde noviembre 2014 que no escribía aquí… El final del año pasado y el inicio del presente, estuvo un tanto intenso y excesivo en algunos temas candentes en el trabajo, los cual mantuvo mi mente, espíritu, ocupación y preocupación en otro foco. Si bien ya reflexionaba acerca de este tema, no estaba con la tranquilidad interna para asentarlo.
Por ello escribo esta reflexión tras tres semanas de vacaciones, casi enclaustrado (voluntariamente) en mi parcela fuera de Santiago, las cuales para efecto de lo que hoy escribo, fueron precedidas por casi tres semanas de “retiro broncopulmonar” en Septiembre pasado. Ambos “retiros” han servido de algo, más allá de lo bien que me ha hecho purificar todo el sistema respiratorio saliendo de “Santiasco”. Sobre todo han servido para constatar, que si no vuelvo a alimentar mis sueños, envejeceré más rápido de lo que quisiera, así como que la energía adicional que requiero esta ahí, adentro de mi mismo y no requiero ir a buscarla a ninguna otra parte. No soy tan amigo de la filosofía algo populista de Paulo Coelho, pero hoy si puedo coincidir con una frase que creo que es de él: “si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal”.
Hmmm…”le bajó la onda esotérica”, pensarán algunos…, o “está en un estado melancólico”’ pensaran otros. Algunos quizás no piensen demás… En verdad se le puede llamar de una o de otra manera, pero al final es una fase muy reflexiva acerca de muchas cosas que suceden hoy alrededor de mi vida.
Fui educado para trabajar duro y mucho, ser responsable y disciplinado, para ser honesto y cumplir los compromisos que asumí. Sí, así fui educado, aún cuando en mi niñez y juventud me rebelé contra muchos de esos estándares en forma constante, persistente, incluso conscientemente perseverante. Aunque en muchas cosas en mi vida fui contra la corriente y quizás aún lo hago…, pero menos que antes, no necesariamente hizo todo más fácil, por el contrario, puso frecuentes desafíos por delante, algunos sorteados con éxito, otros con menos acierto.
Raya para la suma, todos estos años y a pesar de que no soy metalizado, finalmente prevaleció de una manera u otra la influencia medioambiental acerca del éxito asociado a trabajo duro, ojalá ganando lo más rápido posible el suficiente dinero, así como ahorrando lo necesario para intentar hacer recién entonces cuando viejo…(que ya no se ve tan lejos como antes…), todo aquello que en realidad hubiese querido hacer antes o en el momento que quería hacerlo. Ese enfoque del trabajo, además debiera co-financiar todas esas enfermedades que dicen que se multiplicarán de viejo, influenciadas – paradójicamente – fuertemente por el desgaste en el trabajo duro e intenso.
Debo confesar, que dentro de ese proceso de unos 35 años trabajando, tuve varios arrebatos de rebeldía, pero la disciplina de mi educación me volvió siempre al así llamado trabajo esforzado, “para intentar tener cuando seas viejo”…, porque me lo trataron de grabar a fuego desde niño. Dentro de ese contexto también fui criticado que era (o en parte aún soy) un “trabajólico”, lo cual puede ser cierto, pero en alguna medida era el único camino desde entonces visible para cumplir con la expectativa de la independencia económica temprana, la que por los vaivenes de la vida aún no llega…Claro, debo confesar en honor a la verdad completa, que en aquellos trabajos o proyectos donde mi entusiasmo era y es alto, cuando fluye, lo “trabajólico” viene por si solo, sin ningún esfuerzo o necesidad de motivación adicional.
Como en muchas otras cosas que no detallaré aquí, me anticipé a los tiempos, en algunos temas con los cuales otros hoy se han enriquecido económicamente de manera importante, y ello, con productos/servicios muy innovadores y por supuesto legales (suena arrogante…, pero a la vez en realidad es triste, ya que es sinónimo de extemporáneo y por lo tanto, no hay nada acerca de lo cual arrogarse algo…).
Digresión corta: salvo que pertenezcas al 1% o menos de aquellas personas que si logran la independencia económica temprana incluyendo el financiamiento de la vejez, sea por trabajo o negocios, aciertos en juegos, herencias u otros caminos menos tradicionales u otros incluso deshonestos, en los demás mortales esa independencia de la tranquilidad económica total no llega, al menos no de la forma originalmente soñada.
Mi rebeldía juvenil setentera, que al final es parte de mi esencia hasta el día de hoy (lo rebelde…, aunque la verdad es que “me dicen” que del espíritu juvenil también queda suficiente…), siempre traté de explicarla como que en mí había una fuerte parte hippie (hoy más bien me tratarían de “viejo cuippie”). Pero finalmente no era eso, o sólo en parte, ya que lo definitivo es que no fui ni soy del tipo “mainstream” (es decir, de los que siguen la corriente dominante). Por ello que ya en ese entonces, laboralmente hubiese “comulgado” mejor con lo que es hoy una parte de la “Generación Y”‘ es decir, la meta es el hoy y ahora, no trabajar para liberarse alguna vez del trabajo, sino poseer libertades dentro del trabajo.
Con ello quiero volver al segundo párrafo de esta reflexión, aclarando que en estos años si se han cumplido varios sueños. En lo más íntimo y cercano, me ha acompañado por 36 años una sensible, emocional, preciosa y leal mujer, hemos apoyado el desarrollo de una linda familia, nuestros hijos ya vuelan solos y creo que son felices y exitosos en lo que hacen, las estrellas del universo que son los nietos ya arribaron y seguirán llegando…
He logrado atesorar algunos, pocas buenas amigas y amigos, varios de los cuales frecuento demasiado poco…, pero ello cambiará. En el deporte logré casi todo a lo que podía aspirar de manera realista, he podido conocer muchas personas de otros países y culturas (aunque ahí me falta seguir pensando en términos gitanos…), la situación económica está muy por sobre el promedio (lo que quizás pudo lograrse aún mejor y con menos desgaste), entre varios otros.
Por supuesto sobran sueños por cumplir, donde la rutina de hoy es uno de mis grandes enemigos a vencer para lograr algunos de ellos. Sí, los sueños incumplidos y el combate a la rutina mortal, es donde hoy estoy llegando al convencimiento que realmente no poseo la libertad, sino más bien estoy atrapado en aquello que debo lograr después de haberme hecho pedazos muchos años trabajando duro, sin que ello, me otorgue algún grado de seguridad de que lograré esa libertad. Creo conocer el camino, pero todavía me falta encontrar el equipamiento y el medio de transporte para ese viaje, ya que con lo puesto y a pie no lo voy a lograr tampoco. No soy tan franciscano…
Tampoco tengo tanto tiempo, no por mi edad, sino porque ya no resisto este tipo de ausencia de libertad. En encontrar ese equipamiento y transporte, sé que también deberé ser creativo e innovador, tanto en lo familiar, con mis amigos, con todas las personas que aprecio pero que no necesariamente son amigos, con los que aún voy a conocer, en lo económico, lo logístico, entre otros factores.
No pasará tanto tiempo….y les contaré como me fue.
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