Digresión: “pienso”
Pienso…, más bien me ocupa el pensamiento.
Algunos incluso me señalan que no piense de más.
Es inevitable, como si el pensamiento fuese la cima de una montaña. Para llegar a la cumbre es necesario pasar por cajones y quebradas con formaciones rocosas de coloración mineralógica muy particular, la decreciente vegetación es espinosa, el terreno es pedregoso y el viento sopla cada vez con más intensidad. Los riscos pueden ser imponentes y el enfrentarse a los abismos se torna más frecuente. Una vez que llegaste cerca de la cumbre, es sobrecogedora la sensación de vértigo con su vista hacia los valles. Sin embargo, gradualmente desaparecen las imágenes de los bosques, el desierto, los pueblos y ciudades, el mar y los lagos, manifestándose el aire frío y puro, el sol que encandila incluso cuando anochece, la revelación de las estrellas y su inmensidad luminosa.
Resumidamente, así es el camino que deben seguir mis pensamientos para encontrar respuestas a mis preguntas, a descubrir el misterio de la libertad. En esa cumbre me siento libre, sin ideas causales preconcebidas, hasta que esa misma libertad provoque la ignición de una nueva variedad de pensamientos causales. Éstos, en forma de una espiral cibernética me ayudan a comprender la necesaria simbiosis entre lo racional y lo emocional para múltiples sucesos, a percibirlos como reales en términos de totalidades para su análisis, comprensión y posterior decisión y acción.
Cada instante y cada nueva explicación causal conforma una unidad, un modelo abstraído de la realidad, que captura la esencia funcional de un sistema que no percibiría bajo la racionalidad convencional. La visita a esa cumbre, me regala la sensibilidad de comprender muchos entrelazamientos sutiles entre unidades de carácter singular. Ello, también termina situándome ante la decisión de una o más opciones, dejándome nuevamente en libertad.
Cuando bajo de la cumbre y conecto mi esencia restaurada con el mundo social real, también he ganado en libertad de pensamiento, actitud y comportamiento.
Deja un comentario