Ruta de las Misiones
No es que nos haya bajado un interés importante por el turismo religioso-histórico…. En verdad, nuestro plan original también contemplaba una excursión hacia la reserva natural Salar de Surire, pero no sólo Carabineros nos desaconsejó ir por esa ruta, sino también operadores turísticos en Putre no quisieron realizarlo, ya que las bajadas de agua en quebradas habían dañado demasiado el camino. Así es que en la búsqueda de una alternativa, seguimos el consejo de nuestra “casera”, Doña Yolanda, para realizar esta ruta hasta la localidad de Codpa, con eventuales paradas intermedias.
Una de las rutas más cansadoras de manejar durante todo el viaje, ya que era una pequeña cuesta tras otra, miles, en verdad miles de curvas y sólo algunas rectas cuando ya estábamos más cerca de Codpa. Todo el trayecto desde Zapahuira hasta la localidad de Codpa fue algo más de 120 km, sumados los 30 km de Putre a Zapahuira por la ruta internacional. Obvio, volvimos el mismo día a Putre, ya que no teníamos otra opción organizada.
A modo informativo solamente, ya que sólo vimos algunas de estas iglesias desde afuera: las iglesias andinas de Arica y Parinacota son hitos principales del paisaje cultural de Arica y Parinacota, construidos con piedras, tierra y paja brava en medio de la Naturaleza sorprendente de los valles, sierra y altiplano. Originadas a partir de fines del s. XVI en torno a la Ruta de la Plata de Potosí, que conectaba el legendario mineral con el puerto de Arica, las iglesias son resultado del sistema español de ocupación del territorio sur andino, habitado ancestralmente por desarrollos culturales notables como los Imperios Tiwanacu e Inca. Los sencillos templos dan cuenta hasta hoy del complejo encuentro de la cultura ancestral sur andina con la influencia religiosa y cultural europea. Se trata de templos misionales, visitados esporádicamente por párrocos y religiosos, que han sido custodiados como tesoros por sus comunidades mediante los cargos tradicionales de mayordomos, fabriqueros y cantores, convirtiéndose en refugios de la rica espiritualidad y cultura ancestral andina. Hasta hoy, los templos son el eje de la vida comunitaria andina, donde celebran nacimientos, defunciones, fiestas patronales y las muchas festividades religiosas asociadas al ciclo anual agrícola. Las iglesias andinas son hitos principales y patrimonio vivo del territorio de Arica y Parinacota, Paisaje Cultural de América.
Dicho lo anterior, vamos a ver lo que nos fuimos encontrado en la ruta…, aunque debo aclarar, que el Circuito de las Misiones en realidad es un poco más largo, pero esta parte es la medular. También debo decir, que esta ruta que realizamos en un día, fue un tanto insensato, ya que la sobrevolamos y en verdad, daba para una visita gradual, conociendo más rincones y si llego a regresar, la haría en tres días y con bastante mayor calma.
Aquí, algunas imágenes de las calles de la localidad de Belén, la que estaba prácticamente desierta. Nos decían que eso se debía a que la mayoría de sus habitantes son de edad mayor y que debido al Covid se fueron a vivir con familiares. Ello se repitió posteriormente en otros poblados.
En una de las tantas cuestas, nos volvimos a encontrar con formaciones rocosas extrañas, así como con espacios de culto religioso prácticamente contiguas a la sinuosa vía.
En la medida que pasábamos de un poblado a otro, con paisajes muy cambiantes en su vegetación y geología, nos fuimos encontrando con verdaderos pequeños oasis en el altiplano que bien podría parecer que fuera en las provincias de Maule o Colchagua:

Finalmente, algo agotados de la manejada y las curvas, llegamos al Codpa, lugar que en esta región admiran mucho por su vegetación y cultivos en un medio tremendamente adverso. Encontramos mucho más espectacular Camiña. Ahí también almorzamos, calidad reguleque, en el único restaurante que encontramos abierto. Tras recorrer el lugar, emprendimos nuestro regreso…

A la ida ya le habíamos echado el ojo a una quebrada del río Tignamar, pero intentaríamos ver algo más al regreso, lo cual también hicimos, pero desde varias paradas desde las alturas. Podríamos haber ingresado a la quebrada, pero se iría la luz para regresar a Putre, y aún queríamos pasar a Socoroma. Pero el andar fue lento, siempre tuvimos alguna demora sorpresiva en el camino…
A una hora cercana a la puesta de sol, finalmente llegamos a Socoroma, muy cercano a Putre, un pueblito al que no podíamos dejar de pasar ya que de ahí es oriunda Doña Yolanda. Es un pueblo bastante pintoresco, muy cuidado y sus alrededores se caracterizan por el cultivo en terrazas, en esta época sobre todo choclo y su famoso orégano.


Ya de regreso en Putre, con muchas ganas de degustar la comida de unos peruanos que poseen un restaurante junto a la plaza, finalmente comimos unos extraordinarios “sandwiches” y obvio, nos bajamos unos buenos pisco-sour.
Excelentes relatos que apasionan y hacen meterse en el tema.
Las imágenes maravillosas.
Gracias por compartir.