Un cambio de rumbo
Sin duda no me hizo nada de gracia cancelar mi originalmente planificado viaje a la Patagonia y Cabo de Hornos, pero aún menos gracioso fue que gracias a la ausencia de auto-responsabilidad y auto-disciplina en el manejo de las libertades de movimiento que ha dado y quitado el gobierno, el comportamiento ciudadano ha sido más que lamentable, de chincol a jote. Eso…, más allá de las medidas poco consistentes del gobierno. En lo personal, ello provocó que junto a mi concuñado y gran amigo Carlos Daroch, unos días antes de mi cumpleaños nr. 64 tuviésemos que postergar una travesía de 4 a 6 semanas por la Patagonia, es decir visitando Aysén, Magallanes, Cabo de Hornos e incluyendo Chiloé. Incluso ya habíamos acortado la ruta, “porsiaca”.

Pero dado que mi espíritu inquieto y aventurero, así como la necesidad de usar al menos parcialmente mi libertad de movimiento fueron más fuertes, opté por cambiar el rumbo al otro extremo, es decir, realizar travesía de unas 4 semanas por nuestro Desierto de Atacama, en especial el Altiplano, sin entrar a grandes ciudades y por supuesto tampoco en comunas más afectadas, hasta llegar al más norteño parque nacional en Parinacota. Como mi concuñado Carlos no es de desiertos, le propuse la idea a mi amigo de toda la vida, Guillermo de la Barrera (Willy, o Negro) para que me acompañara, y accedió rápidamente, obvio, pidiendo primero el salvoconducto correspondiente de Mariela, su mujer 🙂

Entonces…, finalmente el jueves 14 de enero partimos temprano al alba, directo a “bucear” nuevas experiencias en lugares desérticos, algunos recónditos y muchos altiplánicos, donde varios de ellos los encontramos sobre los 4.000 m de altura, o al menos 3.500… Mis “males” pulmonares no aparecieron…, lo cual al inicio fue una preocupación.
Fue un viaje de 22 días, con un total de 9.200 km recorridos que incluyeron un importante porcentaje de caminos de tierra, realizados en el VW Tiguan AWD que se portó muy bien en verdad, a pesar de los en extremo complicados caminos que en parte tuvimos (o más bien decidimos…) que recorrer.

Como ya adelanté, tuvimos que navegar permanente evadiendo puntos álgidos de Covid, buscando llegar a lugares en “Fase 3” y desde ahí movernos de entrada y salida a diversos otros puntos. Especialmente en las cercanías a San Pedro de Atacama, no pudimos visitar lugares que teníamos previstos, como Caspana, la subida al Tatio, Peine, la mayoría de los Pucarás, Aldea de Tulor, Socaire, Machuca. Tampoco las termas. Posteriormente tampoco pudimos visitar Humberstone, Pica y Mamiña, Colchane y algunos otros lugares.
Pero no hay mal que por bien no venga, ya que esta necesidad de buscar nuevos destinos, nos llevó a lugares que originalmente no teníamos previstos y ello, en la mayoría de las veces fue más que sorprendente. En los próximos días iré resumiendo el viaje cronológicamente, en breves relatos acompañados de fotos y videos realizados sólo con teléfono celular.

Pero no sólo tuvimos que cuidarnos del Coronavirus, también de dormirnos al volante en algunos largos tramos desérticos y por supuesto, de la imprudencia al volante de otros conductores. Por ello, decidí fotografiar durante el viaje a unos pocos vehículos accidentados que nos fuimos encontrando en caminos desérticos o en algunas cuestas altiplánicas. También registré otros vehículos que me parecieron pintorescos.
Espero que disfruten lo que vendrá…
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