Aterrizamos en Barcelona…
En el aeropuerto de Santiago, casi literalmente nos despidieron con un buen puntapié en el trasero, cuando tuvimos una corta pero buena conversación con el DT de la selección chilena de fútbol, el colombiano oriundo de Cali, Reinaldo Rueda. Con sus mejores deseos con acento vallecaucano, al rato nos las emplumamos en una sorprendentemente buena categoría Premium Economy de la “low cost” Level, perteneciente a Iberia.
Después de un vuelo nocturno de casi 14 horas directo desde Santiago a Barcelona, el sábado a última hora de la tarde fuimos a parar a nuestro hostal emplazado medio a medio en el Barrio Gótico (Barri Gòtic, hay que acostumbrarse rápido a entender algo de catalán…), situado en el distrito de Ciutat Vella, en el corazón de Barcelona. Aún cuando es mi quinta o sexta vez en Barcelona – la ultima unos 15 años atrás – y de Christi la primera vez, de entrada te recuerda que se trata de uno de los núcleos más antiguos de la ciudad. Está delimitado por Las Ramblas, Vía Laietana, el Paseo de Colón y la Plaza de Cataluña.
Después de acomodarnos y un buen duchazo, salimos a recorrer un poco los alrededores del hotel, prestando cuidado a los ladrones chilenos (“lanzas”), desgraciadamente bien conocidos por estos lados. Pero no fueron chilenos quienes de entrada intentaron robarme el “banano”, abriendo el broche de la correa, casi imperceptiblemente. Ello fue accediendo junto a una muchedumbre el metro, pero reaccioné rápido y logré retenerlo.
Nuestro hostal está a un cuadra de La Rambla a la altura de “Liceu”. Caminamos un poco por los alrededores y por más de una hora nos sentamos en una así llamada terraza, es decir en medio del camino peatonal de La Rambla. Disfrutamos observando (…y digámoslo, también comentando) una tremenda diversidad de personas y personajes que paseaban por ahí este sábado por la tarde, con una temperatura que aún bordeaba los 30ºC. Desgraciadamente, también nos visitaron a la mesa muchos mendigos españoles, así como vendedores ambulantes en su mayoría inmigrantes africanos. Pues bien, disfruté unos tallarines con mariscos y una buena cerveza, mientras Christi sólo bebió una pequeña Sangría. Con ello, casi habíamos cumplido con el objetivo de “estirar las piernas” antes de irnos a dormir. Pero no fue así…
Supimos que el espectáculo de la mayor fuente ornamental de Barcelona, ahora en verano tendría su espectáculo a las 21:30 y decidimos visitarla de inmediato. Así es que tras 4 estaciones de metro estábamos en la Plaza España, que se encuentra muy cerca de la “Fuente Mágica“. Fue creada el año 1929 en motivo de l’Exposició Internacional y en realidad ofrece un lindo espectáculo que combina la música, el movimiento del agua y los juegos de luces de colores con más de 50 variantes, ello por cerca de una hora. Convertida en una de las atracciones más populares de Barcelona, la Font Màgica de Montjuïc esta noche era visitada por miles de personas (fue aquí, regresando hacia el hotel, donde intentaron robarme…).
Cuando casi concluía el espectáculo de esta famosa fuente, paseamos entre la gente, los vendedores ambulantes y los artistas callejeros, algunos bien buenos como los que les muestro a continuación.
Terminamos nuevamente en La Rambla para una segunda ronda de un entretenido y distendido observatorio de personas y personajes. A esa hora ya estábamos más cansados y menos ansiosos con este puntapié inicial de un viaje, que nos tendrá un buen rato por Europa. Cuando son las 3 AM y mi partner está en los más profundos brazos de Morfeo, yo aquí estoy desvelado luego de dormir sólo 3 horas (dormí bastante en el vuelo) escribiendo raudamente estas líneas. ¡Ya es hora de dormirme nuevamente, mañana nos espera un día intenso!
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