Iniciación Africana – Cheetah’s
6 AM en pie. Debíamos estar a más tardar 7:15 AM en el centro de rehabilitación para animales diversos, llamado Tenikwa, donde dicen poseer más de 40 hectáreas para tal efecto. Además poseen un hospital – modesto – para rehabilitar desde felinos hasta pingüinos. Aquí aprendí, que también usan prótesis de patas o alas para los pingüinos…, pero eso no lo hace directamente ahí. Nuestro objetivo que habíamos arreglado y reservado el día antes: un paseo con Chitas (Cheetah) por aprox. una hora y posteriormente Christi tendría un recorrido fotográfico guiado, para retratar a los demás felinos del centro, lo cual nos tomaría otras tres horas.
Después de nuestra experiencia con los leones, este encuentro con Chitas sería un absoluto plus. Fue así. Muy distinta la experiencia, no sólo porque se trata de felinos con un comportamiento diferente, sino porque se realizó en un ambiente algo mas relajado que con leones, con menos medidas estrictas de seguridad.
Partimos por las instrucciones de Patrick, un joven de 27 años de edad – “Self Made” – que hace cuatro años dejó su pueblo natal de Kasungu en Malaui, para probar suerte en Sudáfrica. Pero este año quiere ir, su mamá lo extraña y el único hermano que tenía, falleció. Él nos acompañaría las siguientes cuatro horas. Varias de las instrucciones ya las conocíamos… sin embargo, había otras nuevas, sobre todo cuando tocara ir con ellos con la correa, como que fueran perros.
Les comento, que eso de llevarlos como perros no es así. En realidad, para personas desconocidas para ellos, como claramente éramos nosotros, los Chita ponen el ritmo del andar y en ningún momento debes tironear o frenarlos, ya que la consecuencia es el salto en reversa del Husain Bolt de los animales, para propinar un par de zarpazos y mordeduras. Así es que más que llevar el control, a mi a ratos me llevó al trote…, “cross country”…. De hecho, sólo el macho – Chester – un guepardo de 12 años de edad, llevó arnés al comienzo. La hembra, Simbi, iba acompañándonos con cierto aburrimiento, pero no paraba de realizar un ronroneo que yo nunca estuve seguro si era de simpatía o desagrado. Aquí se confirmó que en los guepardos, los machos son mas sociales que las hembras. Aprendí, que aparte del apareamiento, o cuando cuidan a sus crías, las hembras prefieren estar solas. Pero son de los felinos más dóciles…y se notó.
Además de Patrick, nos acompañarán otros dos jóvenes de edad similar. En la medida que avanzábamos en el paseo por un camino en zona de abundante vegetación, debíamos pasar por sectores cercados y portones de malla galvanizada, que había que abrir y volver a cerrar cuidadosamente. En una de esas ocaciones, Christi recibió el visto bueno para acariciar a Chester, que a esas alturas, ya estaba sin arnés y con un trote suave nos dejaba permanentemente atrás. Obviamente tuvimos una infinidad de oportunidades para fotografiar. Aquí, como siempre, va el mejor extracto de las fotos de celulares.
Una vez concluido este recorrido, comenzaba un proceso de paciencia para mi y de disfrute para Christi: fotografiar con toda calma a varios otros felinos que están rehabilitándose, entre ellos unos leoncitos de 2 años de edad, igual me entretuve con Leopardo, Serval, Gato Salvaje Africano, Caracal y otros animales que aparecieron en los recorridos.
Ufff, agotados….. Decidimos ir a conocer la playa, maravillosa, solitaria como me gustan. Almuerzo y siesta, ya no dio para otra salida a terreno. Nuevamente rica cena en nuestro Lily Pont y preparar maletas para ir a Port Elizabeth, nuestra última parada – en realidad técnica – antes de emprender el regreso.
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