Patagonia 2016 – El Chaltén a Cochrane
Sábado 13 de febrero, 22:00 hrs y arribados.
Después de manejar 12 horas y unos 750 km (250 de ellos caminos ripiados, a rato harto malos), mucho viento fuerte lateral con ráfagas típico de pampa argentina, con breves descansos “técnicos” cargando bencina donde tenían y vendían de manera racionada, así como varias paradas por fotografía, en especial el último tramo de 30 km de Argentina hasta el paso fronterizo, así como en Chile hasta donde tuvimos suficiente luz solar, llegamos a Cochrane.


Sobre la marcha, aunque en el foro interno yo lo traía semi-decidido, trataríamos de llegar en una jornada a Chile, sabiendo que en Cochrane la reserva de cabaña recién era para el día siguiente.
Saliendo de El Chaltén y hasta Cochrane, tuvimos un acompañante que nos mantuvo alerta: el fuerte viento, con ráfagas que desplazaban el jeep hasta 1-2 metros hacia los costados, donde al bajarse casi no podíamos abrir o cerrar puertas, según el caso.
Cuando estábamos en el Paso Roballos con Gendarmería, tuvo ráfagas que quizás llegaron a 150 km/h. Incluso se asomaron, para verificar que no les llevará su única gallina la que salió disparada por los aires (polp).
Un poco más allá y antes de llegar al puerto fronterizo chileno (donde Carabineros hace de PDI, SAG, Aduana…, aparte de sus propias labores) fue impresionante ver una liebre en el camino corriendo contra el viento, pero casi sin avanzar.
La larga jornada en carretera pavimentada en Argentina (con 76 km de arreglos nunca terminados por las lucas que se robaron, más un camino de ripio de regular calidad), se vio coronada por el cruce cordillerano, 180 km de buen ripiado en ambos países y como ya mencioné antes, con paisajes embrujantes (lástima, que las fotos no lo expresen bien…), así como el encuentro con rebaños gigantescos de guanacos por el lado chileno en el Valle Chacabuco (ya estaba obscureciendo harto). Si no hubiésemos estado un poco contra el tiempo y la incertidumbre, debimos tomarnos mucho más tiempo para estos maravillosos parajes, sobre todo los del lado argentino. Lo bueno de este paso, es que el camino va pasando estancias y fundos, donde los cortapasos de ganado son angostos y no pasan camiones, buses y mini-buses más grandes. Nos cruzamos con unos 5 autos en todo el tramo. Recomiendo de todas maneras realizar este cruce y ojalá con más tiempo, para disfrutar el entorno.
Ya llegamos de noche a Cochrane y tras algunas gestiones cargadas de cansancio, conseguimos otra cabaña por una noche y con algo de suerte, ya que según nos decían, están todos los alojamientos copados… Sin pensar en comer algo, caímos como sacos de papa, pero menos mal el siguiente día de regreso en Chile, nos recibiría muy bien.
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