¡Dime hacia dónde…!
Si se observan los indicadores decisivos, hoy se puede derivar lo que puede suceder mañana.
Una nota en el periódico acerca de la realización de un concierto, lo lleva a realizar la afirmación: “querida, el sábado por la noche se presenta Phil Collins en el estadio de fútbol”. – Ahá…. Ud. está prediciendo una parte del futuro, debido a la interpretación de un indicador, una nota periodística. Con la misma seguridad Ud. podría afirmar: “señoras y señores, este año duplicaremos las ventas”. La diferencia: Phil Collins realiza un concierto sin que Ud. intervenga en ello. El futuro de su empresa puede y debe ser previsto por Ud., lo que logrará a través de su influencia activa con la ayuda de los parámetros de dirección correspondientes, así como de sus tendencias de desarrollo.
En realidad permanentemente predecimos el futuro, aunque no lo hagamos siempre de manera consciente y es así como estamos acostumbrados a observar e interpretar indicadores. La forma más conocida y complicada es la predicción de los cambios climáticos. Comparemos la calidad actual con la de hace 30 años, en donde hoy es mucho más cercana a la realidad. ¿Porqué? El “tiempo” es siempre el resultado de varios factores. Tanto mejor sean detectados e interpretados estos factores con la debida antelación, tanto más exacta debe ser la predicción de la realidad futura. Lo que sucede es que el futuro, es siempre la consecución lógica de los factores del presente + la tendencia de su propio desarrollo.
La conclusión es: mientras mejor definamos los indicadores decisivos (= parámetros de dirección) de un área específica y mientras más precisas sean las informaciones obtenidas, tanto más exacta será la predicción del futuro de esa área. Mientras más compleja y dinámica sea esa área, mientras más factores influyan en ésta, tanto más difícil es precisión de la predicción. Mientras más unidimensional y lineal sea un proceso en su estructura de dirección, es decir una conexión “si es que…..entonces”, tanto más fácil será la predicción (p.ej. encendido de una computadora).
¿Por qué un “viejo zorro” de un sector económico específico podrá prever mejor el desarrollo de mercado que un novato? Porque el especialista, por regla general, conoce muy bien los parámetros de desarrollo del mercado y el peso de cada uno de ellos. Asimismo conoce e interpreta los flujos de los procesos y sus tendencias, aunque es frecuente que esto lo realice intuitivamente y basado en su experiencia.
De la misma forma sucede con la INFLUENCIABILIDAD del futuro. Mientras más parámetros de dirección deben ser controlados, tanto más difícil.
Lo que nos interesa profesionalmente es el futuro de nuestra empresa, de nuestro sector, de nuestro grupo objetivo. Por ello debemos encontrar factores que puedan influenciar ESTE futuro. Para ello, primeramente debemos formular “preguntas al futuro”, para las cuales necesitamos respuestas. Después podemos buscar preguntas específicas que nos parezcan especialmente importantes, sobre las cuales trabajaremos en mayor profundidad. A través de la formulación y selección de estas preguntas, guiamos nuestra atención hacia aquellas informaciones requeridas para su respuesta.
PREGUNTAS AL FUTURO
Idea: Mientras más exactamente sea formulada una pregunta, tanto más alta es la probabilidad de obtener una respuesta precisa. Pero el primer paso es realizar preguntas. Son pocas las personas que “preguntan al futuro” conscientemente. Por ello, ya es de por sí un avance estratégico formular tales preguntas.
Ejecución: Simplemente “coleccione” preguntas a su futuro. Preguntas para las cuales hoy quisiera respuestas (no sea utópico, pero si optimista). Escríbalas en la medida que se le ocurran. Luego piense, cuáles tres preguntas (A,B,C) quisiera contestar más precisamente. Encuentre – de la forma ya ejercitada – los parámetros de dirección e indicadores correspondientes.
Meta: Se trata de desarrollar “sensibilidad” acerca de las “preguntas al futuro” para las cuales requiere respuesta. Gracias a su formulación re-orientará su atención a un área específica, comenzando a trabajar inconscientemente en esa dirección.
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