Pilotear el Barco
oy irreligioso, lo que es diferente a ser ateo. Ello, porque soy un convencido que tanto los creyentes de cualquier religión como los ateos poseen el mismo desafío: probar la existencia o inexistencia de una deidad superior (adorada, santa, divina, sagrada, respetada o temida por sus adeptos y seguidores, que dicta pautas de moralidad y de leyes humanas, cumple el rol de juez moral y valórico definitivo del comportamiento humano, así como diseñador y creador de la Tierra y el Universo).