…o la otra cara de la especialización (una historia sin trucos)
Los profesionales de rango medio, por lo general, adquieren y se deben a sus conocimientos de carácter técnico, mientras que en el ámbito ejecutivo alto, los conocimientos técnicos y una excesiva especialización son más bien contraproducentes.
En algún momento de su vida, el portador de esta carrera profesional especializada y de rango medio, descubrió en sí mismo un «pequeño talento» para ciertas maniobras y conclusiones, un «pequeño talento» para el desarrollo de soluciones en la fabricación de medios magnéticos, quizás una pequeña vena creativa que lo deleitaba. Esta característica lo distinguía de los demás y le atribuía una característica especial. Supongamos que nuestro «pequeño talento» poseía un jefe benévolo y sus fortalezas especiales le eran útiles a toda la empresa. Entonces, se delibera si no se le debiera instalar un pequeño laboratorio, para realizar sus experimentos de una forma más planificada, «a lo mejor» daría en el clavo con una innovación en cintas magnéticas.
Así, con su «pequeño talento», logra el primer paso. Él es algo mejor. Ahora tiene su propio (pequeño) laboratorio y una bonita bata blanca. Su «pequeño talento» es estimulado y él se siente motivado. Además, toma cursos específicos y compra literatura especializada para fortalecer su «pequeño talento». ¿Será este solo un comienzo para un gran talento aún no descubierto? Así, nuestro «pequeño talento» se convierte en una masa con levadura, cuya esencia es todo lo que el «pequeño talento» hace, piensa y sueña. Tanto esfuerzo debe llevarlo forzosamente al éxito. Algún buen día, el «pequeño talento» da realmente luz a un verdadero invento que mejora la producción. Llega el éxito. Lo que sigue es el reconocimiento, las felicitaciones y un avance en su carrera. Nace un experto reconocido. La carrera especializada toma su curso. El «pequeño talento» mimado se había convertido en su idea fija que dominaba toda su vida como hombre de carrera. Día y noche entrenaba su talento, para que se generara una secuencia de ideas, imágenes y acciones determinadas.
Un día se modifican todas las bases de producción. Ya no se requieren las cintas magnéticas tradicionales para audio y video, así como almacenamiento de datos. Solo un notable desarrollo de Sony y otro de Fujifilm, ambos en conjunto con IBM, han sido capaces de crear una cinta magnética con una capacidad de almacenamiento sobre 300 TB y siguen firmes en el mercado. Pero, en general, las cintas magnéticas se vuelven irrelevantes de forma significativa a medida que los clientes son menos dependientes de los medios físicos a favor de los servicios de almacenamiento digitales en la nube. Los servicios de transmisión de medios como Netflix y las descargas digitales de películas de Amazon e iTunes están eliminando las tecnologías antiguas. Los ingenieros informáticos y electrónicos son los nuevos reyes. Con toda seguridad, durante la fase de transición se requerirán algunas cintas magnéticas de capacidad de almacenamiento intermedio, segmento de mercado en el cual su empleador llegó a ser líder. Su empleador entra en serios problemas financieros por no haber reaccionado a tiempo. Sin embargo, logra levantarse y refinanciarse antes de quebrar. Sin embargo, la fecha de descontinuación de las cintas magnéticas ya es conocida. Se cierra el laboratorio y al especialista con altos ingresos se le ofrece un nuevo cargo, una nueva capacitación y un sueldo mucho menor. A lo mejor también desarrolla un «pequeño talento» en el campo de la informática o electróbica y logra ascender nuevamente. ¡A empezar de nuevo con una nueva carrera y mucha suerte! «A lo mejor podría retirar sus cosas de la oficina de una vez por todas, ya sabe usted, la necesitamos para otras cosas. Usted entiende… tiene un nuevo lugar con Pérez… él lo está esperando».
Así cae toda la bella estructura. Lo que sigue es un choque psíquico. El bello «pequeño talento», ahora no vale nada. ¿Pero cómo, si es el único talento que tiene? ¿De dónde sacar ahora rápidamente uno nuevo? La angustia ya no lo deja dormir por la noche. Sus desesperadas sugerencias para regresar a las cintas magnéticas se topan con miradas de incomprensión benévolas. Su tranquilidad y su seguridad en su superioridad técnica se han esfumado. Está irritable y se siente agotado. Tiene frecuentes dolores de cabeza y taquicardia. Como obsesionado, saca nuevas sugerencias de mejoras para la producción de algunas especialidades en cintas magnéticas. «Este tipo está loco», dicen los jóvenes ingenieros electrónicos e informáticos que ahora dominan esta área de la empresa.
Comentarios
Aquí se describen los efectos de la especialización y hará saltar de alegría a los opositores de que se fomente la creación de especialistas, sino preferentemente de «generalistas».
Por el contrario, el mundo cada vez más global requiere cada vez más especialistas en áreas específicas. Surge entonces la primera pregunta: ¿cómo evitar los efectos negativos y aprovechar los positivos de la especialización? Si bien hay diversos métodos para eliminar inicialmente los efectos negativos de la especialización, siempre flotará la pregunta de especializarse o no, la que aparece una y otra vez en las personas y empresas. No hay duda de que a través de la especialización crecen automáticamente la eficacia, la creatividad, el know-how y el éxito. Si este desarrollo continúa y se acelera, o como en el caso de nuestro «pequeño talento» se interrumpe, depende de la segunda pregunta, que se refiere a quién se especializa y en qué.
En el caso anterior se describieron perfectamente bien los efectos de la especialización:
- más motivación en el trabajo,
- mayor autoestima,
- mejor perfilación laboral, etc.
Me da gusto que haya un testigo tan inequívoco de este efecto, aún cuando en este caso quisiera comprobar lo contrario. Entonces: ¿dónde está la diferencia que señala la ESC© (hoy llamada Espenovación) como camino de especialización? La ESC© advierte y recalca que una especialización técnica es la que lleva a este tipo de fracasos. Enseña cómo aprovechar las ventajas de la especialización técnica, por ejemplo¡, de nuestro «pequeño talento», pero a su vez cómo neutralizar sus desventajas. Si esta persona y empresa no se hubieran especializado en una técnica determinada (cintas magnéticas), sino en un problema o necesidad específica (almacenamiento de un crecimiento exponencial de datos), habrían reconocido mucho antes hacia dónde se desarrollaba la tendencia de las necesidades de sus clientes. Su experiencia en este campo específico le hubiera permitido reconocer más rápidamente las ventajas de la electrónica e informática y su posición frente a los ingenieros. Esto habría contribuido a abrirle los ojos más temprano a sus jefes, evitando el riesgo financiero al que se expusieron.

