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Dios, Spinoza, Einstein y Panteismo

Antes me he referido a otros filósofos, como a Pierre Teilhard de Chardin en su mirada sistémica de la evolución, pero también cuando habla del Punto Omega, con el que describe el punto más alto de la evolución de la consciencia, considerándolo como el fin último de la misma. Según el jesuita esto no significa que la divinidad sea un producto de la convergencia, en una unidad final con el Eacathon y con Dios, pues el como buen católico afirma su preexistencia. De acuerdo con Teilhard y con el biólogo ruso Vladímir Vernadski (autor de La Geosfera 1924 y La Biosfera 1926), el planeta se encuentra en un proceso transformador, evolucionando desde la biosfera a la noosfera.

Pero hoy quiero referirme a Baruch Spinoza, filósofo neerlandés de origen sefardí portugués, heredero crítico del cartesianismo, considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René Descartes y el alemán Gottfried Leibniz. Hostigado por su crítica racionalista de la ortodoxia religiosa, su obra cayó en el olvido hasta que fue reivindicada por grandes filósofos alemanes como Schleiermacher, Goethe, Hegel y Schelling, quienes en el fondo proclaman todos a una voz que Spinoza es el padre del pensamiento moderno”. 

Asimismo, cuenta la anécdota que Einstein en una ocasión fue interrogado vía telegrama por el rabino Herbert S. Goldstein sobre si creía o no en la existencia de Dios. Einstein respondió lo siguiente “Creo en el Dios de Spinoza, quien se revela así mismo en una armonía de lo existente, no en un Dios que se interesa por el destino y las acciones de los seres humanos”. Spinoza realizó una crítica profunda al antropomorfismo dentro de la tradición judeocristiana. Postulaba – entre otros – que entre más conocemos la naturaleza más conocemos a Dios, lo que sin duda una fue perspectiva sorprendente e interesante para un físico como Einstein, quien se declaraba abiertamente no creyente. G. S. Viereck afirma en su obra «Glimpses of the Great» que Einstein dijo: “No soy ateo, y no creo que pueda llamarme panteísta. Estamos en la posición de un niño que entra en una biblioteca llena con libros en muchos lenguajes diferentes. El niño sabe que en esos libros debe haber algo escrito, pero no sabe qué. Sospecha levemente que hay un orden misterioso en el ordenamiento de esos libros, pero no sabe cuál es. Me parece que esa debería ser la actitud de incluso los seres humanos más inteligentes hacia Dios. Vemos el universo maravillosamente ordenado y obedecemos ciertas leyes, pero sólo entendemos levemente estas leyes. Nuestras mentes limitadas captan la misteriosa fuerza que mueve las constelaciones. Estoy fascinado por el panteísmo de Spinoza, pero admiro más la contribución de él al pensamiento moderno, porque fue el primer filósofo que pensó en el alma y el cuerpo como una sola cosa y no como dos cosas separadas.”… a pesar de estas afirmaciones, la filosofía de creencias de Einstein estaban asociadas a un bien definido Panteísmo, aunque el mismo “No pueda llamarse Panteísta”.

Muchos de ustedes deben haber leído el famoso hoax del niño que desafía a su profesor, que es atribuido a Einstein. Lo primero para resaltar es que se muestra el héroe y el villano estereotipado, el niño es creyente, por eso es bueno y gana. El profesor presume de su inteligencia, por tanto, es el malo que desafía primero, este se incomoda con las preguntas del niño, y como no es creyente, por consiguiente, pierde. Bueno, resulta que la historia es falsa, no hay ningún respaldo de que haya pasado eso, además, no es necesario, ya que no es prueba de algo serio. Resulta ser una leyenda urbana, usada como es obvio, para desprestigiar a quien no crea, y para supuestamente hacerlo ver como alguien que no puede contra los argumentos teístas.

Desconozco si lo que reproduzco más abajo es otro hoax atribuido a Einstein o no lo es. Al menos en parte, he podido concluir a través de otras lecturas, que hay elementos ciertos, otros de los que no estoy tan seguro. Sin embargo, como irreligioso que soy, pero a la vez también me declaro como un gran simpatizante del panteísmo (una forma cortés de ateísmo), sí estoy convencido que existe un alma sustituyendo a la muerte de un individuo (es decir otras vidas), a diferencia de lo que postula la mayoría de los panteístas modernos, quienes consideran la mente, los sentimientos y la conciencia como aspectos de la “soma” del cuerpo que, con la muerte del individuo, irán a disolverse juntamente con el organismo, cuya materia/energía se difundirá en el Universo.

El Dios de Spinoza según Einstein, se puede encontrar reproducido en varios enlaces de la red. Aquí lo reproduzco, coincido en casi todo, por lo cual también decí incluirlo en mis artículos. Espero,que les haga sentido, o al menos, pensar al respecto.

Este es el Dios o Naturaleza de Spinoza:

Dios hubiera dicho:

Deja ya de estar rezando y dándote golpes en el pecho! Lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida. Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti.

¡Deja ya de ir a esos templos lúgubres, obscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi casa.  Mi casa está en las montañas, en los bosques, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es en donde vivo y ahí expreso mi amor por ti.

Deja ya de culparme de tu vida miserable; yo nunca te dije que había nada mal en ti o que eras un pecador, o que tu sexualidad fuera algo malo.

El sexo es un regalo que te he dado y con el que puedes expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. Así que no me culpes a mí por todo lo que te han hecho creer.

Deja ya de estar leyendo supuestas escrituras sagradas que nada tienen que ver conmigo. Si no puedes leerme en un amanecer, en un paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de tu hijito… ¡No me encontrarás en ningún libro!

Confía en mí y deja de pedirme. ¿Me vas a decir a mí como hacer mi trabajo?

Deja de tenerme tanto miedo. Yo no te juzgo, ni te crítico, ni me enojo, ni me molesto, ni castigo. Yo soy puro amor.

Deja de pedirme perdón, no hay nada que perdonar. Si yo te hice… yo te llené de pasiones, de limitaciones, de placeres, de sentimientos, de necesidades, de incoherencias… de libre albedrío. ¿Cómo puedo culparte si respondes a algo que yo puse en ti? ¿Cómo puedo castigarte por ser como eres, si yo soy el que te hice? ¿Crees que podría yo crear un lugar para quemar a todos mis hijos que se porten mal, por el resto de la eternidad? ¿Qué clase de dios puede hacer eso?

Olvídate de cualquier tipo de mandamientos, de cualquier tipo de leyes; esas son artimañas para manipularte, para controlarte, que sólo crean culpa en ti.

Respeta a tus semejantes y no hagas lo que no quieras para ti. Lo único que te pido es que pongas atención en tu vida, que tu estado de alerta sea tu guía.

Amado mío, esta vida no es una prueba, ni un escalón, ni un paso en el camino, ni un ensayo, ni un preludio hacia el paraíso. Esta vida es lo único que hay aquí y ahora y lo único que necesitas.

Te he hecho absolutamente libre, no hay premios ni castigos, no hay pecados ni virtudes, nadie lleva un marcador, nadie lleva un registro. Eres absolutamente libre para crear en tu vida un cielo o un infierno.

 

No te podría decir si hay algo después de esta vida, pero te puedo dar un consejo. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de disfrutar, de amar, de existir.

Así, si no hay nada, pues habrás disfrutado de la oportunidad que te di. Y si lo hay, ten por seguro que no te voy a preguntar si te portaste bien o mal, te voy a preguntar ¿Te gustó?… ¿Te divertiste? ¿Qué fue lo que más disfrutaste? ¿Qué aprendiste?…

Deja de creer en mí; creer es suponer, adivinar, imaginar. Yo no quiero que creas en mí, quiero que me sientas en ti. Quiero que me sientas en ti cuando besas a tu amada, cuando arropas a tu hijita, cuando acaricias a tu perro, cuando te bañas en el mar.

Deja de alabarme, ¿Qué clase de Dios ególatra crees que soy?

Me aburre que me alaben, me harta que me agradezcan. ¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tus relaciones, del mundo. ¿Te sientes mirado, sobrecogido?… ¡Expresa tu alegría! Esa es la forma de alabarme.

Deja de complicarte las cosas y de repetir como perico lo que te han enseñado acerca de mí.

Lo único seguro es que estás aquí, que estás vivo, que este mundo está lleno de maravillas.

¿Para qué necesitas más milagros? ¿Para qué tantas explicaciones?

No me busques afuera, no me encontrarás. Búscame dentro… ahí estoy, latiendo en ti”.

 

Fin reproducción

 
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