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Búsqueda de salud, encuentro con amigos y lugares que no conocía en Alemania (2ª parte)

IMG_2839Mientras venía en el tren hacia Munich a 250 – 300 km/h, cruzaba los dedos para que a mi arribo no estuviese lloviendo, ya que habían pronosticado lluvias intermitentes. Al arribar, estaba parcialmente soleado. Era cerca de la una y decidí no almorzar. Tiré las maletas en mi hotel que queda a una sola cuadra de la estación de trenes y me subí al tranvía nr. 20, dirección Moosach. Este se enfiló de inmediato por la Dachauer Straße y los lugares volvieron a mi memoria, otros ya no existían ya que son casi 30 años que no volvía a realizar este recorrido, el que hice a diario para ir y volver a mi trabajo entre 1985 y 1987. La parada de Leonrodplatz, se encontraba un gran sitio donde se realizaba el mercado de las pulgas todos los fines de semana, en donde compramos tanta cosa usada al inicio en Alemania, cuando no teníamos ni para mascar lauchas. Si no me equivoco, lo primero que compramos fue un trineo. En ese sitio, recién hoy parte una edificación.

Finalmente llegué a la Borstei, un conjunto habitacional construido a comienzos del siglo pasado, muy apetecido por su entorno y proximidad al parque olímpico, donde mi club por el que jugué semi-profesional la Bundesliga de esos años, me había conseguido un muy buen departamento de unos 130 m2. Ahí vivimos con los dos niños mayores Cristóbal y Juan Pablo, hasta que a comienzos de 1988 nos fuimos a México, por la misma empresa en la que trabajaba en Alemania. En ese departamento creamos a Sebastián, quien eso sí nació en México. 

Bueno, que quieren que les diga la emoción y la nostalgia, los recuerdos. Me caminé el condominio durante una hora. De ahí partí a lo que fuera nuestro jardín grande por tantos años, el maravilloso parque olímpico, que en lo esencial no ha cambiado mucho. También estuve bastante rato recorriéndolo, a ratos, reconozco, con la vista algo nublada por las lágrimas. Tipo cinco de la tarde y cuando ya me iba, se dejó caer la lluvia, justo mientras observaba la construcción de unas doce canchas públicas de beach volley que están construyendo junto al pueblito olímpico. 

¡Que bueno que la lluvia esperó que yo tuviese este reencuentro! Lástima que no estuviste esta vez Christi, pero sí…., yo quería y necesitaba realizar este viaje solo.

Desde München y tras visitar a un connotado médico de la medicina integrativa, seguí ahí cerca…, a Marquartstein.

De todos los dones y regalos que nos da el destino, apenas hay un bien mayor que la amistad, ni mayor riqueza, ni mayor alegría. En este viaje pude reencontrarme a grandes amigos, donde el tiempo de ausencia casi no desempeña ningún papel: Edy Kapsch, luego Binca y Norbert von Auw y ahora, «por último, pero no menos importante», Christel y Gerhard Pschorn. Sí, con «Don Gerardo» realizamos en conjunto muchas cosas en el mundo escolar en Santiago y Chile … Estoy muy feliz de visitar Pschorns en Marquartstein y de disfrutar de su amorosa hospitalidad. 

P.D. All in…, biophotones! Creo que si mi papá no me hubiese inculcado ser tan busquilla (de hecho, yo soy sólo una fracción de lo busquilla que fue él), jamás hubiese llegado a este enfoque de soluciones y menos aún, a las personas con las que estuve recientemente en Alemania.

A los pocos meses, fines de agosto y antes de realizar nuestro viaje a Alemania y Noruega 2017, di esta entrevista en la TV

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