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Más explicaciones acerca de la Espiro-Vitalización

QueDonde

A.- ¿Qué es?

Hay muchas cosas con las cuales hemos aprendido a convivir, a pesar de que nos hacen daño. Infortunadamente una de ellas es la contaminación ambiental. El deterioro cada día creciente y preocupante del oxígeno contenido en el aire que respiramos, (21% del total del aire atmosférico) ya ha ameritado que en algunas ciudades del mundo, la presencia de los humanos en las calles, se tenga que regir por lo que dicten los medidores del AIR QUALITY CONTROL (AQC). Según lo afirmado por la mismas autoridades locales, en la China hay algunas ciudades en las cuales durante hasta 100 días del año, el aire que se respira  “no es apto para consumo humano“. Y la triste realidad es que en vez de mejorar, los indicadores de polución ambiental cada día son más alarmantes.

Fue eso lo que llevó a un joven grupo de investigadores alemanes a buscar soluciones a una problemática que ya se nos vino encima. La meta era encontrar algún medio ecológico  para limpiar ese 21% de oxígeno que hace equipo con un 78% de nitrógeno y un 1% de gases nobles varios, para conformar el aire que respiramos. Aire al que, entre otras, muy poca atención  le prestamos, pues son pocas las personas que realmente saben de qué se compone el aire que está allá afuera, ese aire que está encima, abajo, al lado, detrás, delante de nosotros, y que, además, es gratis. ¿Cómo entonces vamos a entrar a defender, a conservar algo que ni siquiera sabemos de qué se compone? Las ocupaciones y los afanes de la cotidianidad no nos permiten concluir que el oxígeno, ese 21% del aire, es nuestro fluido vital, nuestro alimento primordial sin el cual la vida sería imposible.

Los investigadores no tuvieron que buscar mucho tiempo, pues ante sus ojos, el sol nos regala cada día una lección gratis de cómo limpiar el oxígeno, de cómo recargarlo, de cómo energizarlo. Sencillamente mediante el maravilloso proceso de la fotosíntesis, proceso mediante  el cual, palabras más palabras menos, el oxígeno triplete (302) se convierte en oxígeno singulete (102). En términos entendibles lo que sucede es que el oxígeno se energiza, se activa y queda como “para estrenar”, como si estuviésemos en los Alpes al lado de un lago donde el depredador humano aún no ha llegado a hacer sus habituales daños.

Lograron estos intrépidos investigadores copiarle al sol el proceso de la fotosíntesis y acomodar, en una carcasa no más grande que una impresora, una simulación fotosintética de altísima tecnología. El equipo “respira” el aire ambiental (recordemos el 78% -21% y 1%) y mediante procedimientos de luz y energía de alta gama, permite que ese oxígeno gastado, “lerdo”  y poco reactivo, salga activado y energizado para ser inhalado por una cánula nasal. No se le ha agregado nada, ni un solo químico, ni se ha aumentado la cantidad del mismo, ni se ha generado ozono, ni se le ha ionizado. Una réplica  tecnológica de lo que hace el sol, sin efectos colaterales nocivos, sin reacciones adversas y sin agregarle nada que el cuerpo no conozca. ¡Sencillamente, una genialidad!

Con mucha razón, en 1912, cuando a la empresa productora de los equipos se le concediera el  (Premio a la innovación del siglo 1912 – 2012) Innovation Award of the Century 1912 – 2012, su presidente, el señor Guido Bierther, acuñó la siguiente frase:  “Ya que no nos es dado cambiarle el cuerpo que le correspondió, permítanos, por lo menos, cambiarle el aire que respira”. Y por cierto que lo lograron.

B.- ¿De dónde viene?

Viene de la urgencia de encontrarle respuesta a la hecatombe ambiental que se nos avecina. Viene de la necesidad de concientizar a la humanidad de que ese 21% de oxígeno que contiene el aire es, nada más ni nada menos, que el porcentaje del cual está colgada nuestra posibilidad de vivir. Viene también de la toma de conciencia e interiorización que tenemos que trasmitirle a las generaciones que nos siguen, pues es sobre sus hombros que recaerá, finalmente, la responsabilidad de hacer que este planeta siga siendo habitable por la especie humana. Viene además del ingenio humano que, con un claro sentido de supervivencia y en defensa propia, logró copiarle a la naturaleza un proceso limpio, biológico, no tóxico, para con ello  garantizarse el suministro de un combustible a la altura del vehículo humano hecho a imagen y semejanza de Dios.

Viene además de la urgente necesidad de preocuparnos por no enfermarnos, en vez de tener que acudir a la industria farmacéutica para que con su química “todo poderosa” disfrace nuestras enfermedades sin hablarnos de los efectos colaterales que debemos esperar ante tanta invasión química.

C.- ¿Para qué sirve?

A pesar de que el grupo de investigadores alemanes no perseguía, ni mucho menos, irrumpir en el campo médico, pues los equipos, como tales, no están catalogados como dispositivos médicos en Alemania, los beneficios que se derivan de respirar una o varias sesiones utilizando la técnica Airnergy, son realmente incontables.

¿Pero, por qué? Por una sencilla razón: en el cuerpo no hay nada que funcione sin la presencia de oxígeno. El respirar no es, ni mucho menos, monopolio de la profesión médica, es, más que todo, un derecho, yo diría que el más importante. El oxígeno es el combustible que activa las turbinas de las centrales generadoras de energía de la célula, las mitocondrias. Ese 21% de combustible es el responsable de todo lo que hacemos, de todo el metabolismo del cuerpo humano. Por lógica podemos deducir que un combustible de altísimo “octanaje”, como el producido gracias a un fenómeno natural como lo es la fotosíntesis, hará que los mecanismos que dependen de esa energía (entiéndase, funciones orgánicas, sistemas corporales, tejidos etc.) van a funcionar mejor.

En Alemania, la Espiro-Vitalización, como disciplina o modalidad respiratoria de tipo recreativo – reparadora, se ofrece en consultorios médicos, en clínicas, en centros de rehabilitación, por parte de profesionales naturistas, en preparación de deportistas de alto rendimiento, como ejercicio de recuperación para ejecutivos de alta exigencia, en salud ocupacional, en institutos de estética y belleza (Wellness-Centers) y en gimnasios deportivos o spas, así como en centros geriátricos.

La escudería de Fórmula 1 de Mercedes Benz ya incorporó la espiro-vitalización a su disciplina de entrenamiento. Siempre es que vale la pena tener bien oxigenado el cerebro para que todas las funciones estén plenamente alertas cuando uno se desplaza a 350 km/hora. Las empresas han empezado a introducir esta  disciplina respiratoria como premio al rendimiento de los empleados. Ya hemos vivido casos en los que una pareja, después de pasar por todas las consultas e interconsultas en fecundación asistida, resuelve someterse a  sesiones de espiro-vitalización, teniendo como resultado que a los pocos meses se presenta el embarazo.

El nuevo enemigo público, el estrés, responde muy positivamente a las sesiones de espiro-vitalización, pues éste oxígeno induce la secreción de mayores cantidades de la hormona serotonina, aquella hormona que los alemanes llaman la “hormona de la felicidad”.

Lo que está probado gracias a cientos de miles  de sesiones de espiro-vitalización alrededor del mundo, es que el común denominador de los resultados es, casi que sin excepción: Un aumento considerable de la calidad de vida. A todo lo anterior habrá que sumarle la ganancia de no tener efectos colaterales adversos, de no intoxicar aún más al cuerpo con avalanchas de química que están dando al traste con la función hepática y con aquello que se conoce como “las fuerzas auto-curativas del organismo“.

En resumidas cuentas, podría afirmarse que sirve para todo y que no es un órgano aislado del cuerpo el que se beneficia de esta “respiración vital”, sino que lo es todo el cuerpo, pues, como se afirma algunas líneas más arriba, no hay nada, ninguna función del cuerpo, que se pueda realizar sin oxígeno.

E.- ¿Para dónde va?

Esa precisamente podría ser la pregunta del millón, pues a la velocidad en la que estamos contribuyendo al deterioro del medio ambiente, mientras siga imperando el interés económico sobre los intereses colectivos de la sociedad y mientras los que tenemos responsabilidad de enseñar, de legar, de dejar una herencia, no seamos capaces de trasmitir a quienes nos siguen, el significado del medio ambiente que se nos ha prestado, iremos cada vez más y a mayor velocidad cuesta abajo. ¿Cómo es posible que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirme que para el año 2020 habrá 600 millones de personas con EPOC sobre el planeta? ¿Cómo es posible que en Colombia, nuestro país de 45 millones de habitantes, tengamos a hoy 5’400.000 personas que sufren de asma? Todo ello en medio de la complacencia por una serie de medicamentos que se encargan de “controlar”, más no de curar enfermedades como el asma. Desde luego que para los balances de la industria farmacéutica es mejor controlar, pues paciente que se mejora “deja de girar”.

No cabe la menor duda de que la investigación en esta materia llegará a podernos proporcionar el equipo de respiración individualizado. Es más factible que suceda esto a que el mundo se dé cuenta del creciente e irreversible  daño que le estamos haciendo al planeta.

Quienes hoy tenemos el privilegio de entender  lo que significa el oxígeno en toda su extensión, tenemos también la inexorable obligación de trasmitirle esta comprensión a las generaciones que nos siguen. NO podemos seguir siendo simples usuarios del aire que Dios  y la naturaleza han puesto a nuestra disposición, tenemos que convertirnos en guardianes y protectores de él.

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