Rapa Nui – Rano Kau y Orongo
Nuestra excursión guiada de hoy duraba hasta la hora de almuerzo y se centró en el gran cráter del volcán Rano Kau, así como la contigua aldea ceremonial de Orongo.
Antes de llegar al cráter, nos detuvimos en un mirador con vista a todo el poblado de Hanga Roa, donde pudimos presenciar el aterrizaje de uno de los dos vuelos Latam llegan en esta época diariamente a la isla, cargados de turistas, sobre todo extranjeros.
Este volcán es uno de los tres extintos de Rapa Nui. Su cráter tiene mas de 1 km de diámetro, lo cual permite ver su interior donde se acumula humedad que conforma un microclima propicio para algunos cultivos. Es la mayor reserva de flora endémica de Rapa Nui. En el borde de su cráter se han cultivado una gran diversidad de arboles frutales y antígena la vegetación nativa, destacando la planta medicinal Matu‘a Pua‘a.
El viento arriba en el borde del cráter es muy fuerte. Con Christi subimos al lugar más alto, donde calculo que el viento regular era de unos 70 km/h y con ráfagas que probablemente bordeaban los 100 km/h. Las vistas son realmente imponentes. Hasta ahí, mi menisco se comportaba como un caballero.
De ahí proseguimos nuestro camino a la contigua aldea ceremonial de Orongo, la cual está conformada por 48 casas de piedra, de forma elíptica, estructuradas en base a piedra laja, rodeadas de hermosos petroglifos con forma de pájaros antropomorfos y tallados en una técnica sobre relieve. Orongo también es conocido, porque fue el lugar donde se realizaba Tangata Manu, la mortalidad competencia por el poder en Rapa Nui. También se le llama ritual al Hombre Pájaro. En esta competencia por el poder, morían muchos de los participantes y es considerada hasta los días de hoy como uno de los desafíos mas extremos en todo el mundo.
Al regreso, almuerzo alto en calorías consistente en unas gigantescas y sabrosas empanadas de atún, carne y mariscos en el aquí afamado local de Tía Berta. Siesta de tres horas y nos dirigimos a pie al centro ceremonial Tahai, conocido como uno de los mejores lugares para ver la puesta de sol. Una de las plataformas cuenta con un único Moai, de nombre Ko Te Riku, siendo el único de la isla que posee ojos abiertos de coral blanco, que simbolizan la sabiduría. Aunque estaba algo nublado el horizonte, pudimos presenciar una linda puesta de sol. Finalmente, ya pasadas las 22:30 hrs cenamos muy rico junto a unos buenos tragos en el restaurante Te Moana, sugerido por nuestra amiga Mili.
Nuestras primeras puestas de sol – ahí estuvimos unas 2 horas:
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