Alemania y Noruega 2017 – Museo Vikingo de Lofotr
Lo prometido, la segunda parte de ayer:
Antes de contarles de nuestra salida nocturna, redondeo un poco la info del lugar en el que nos encontramos: son las Islas Lofoten, un archipiélago por supuesto situado por encima del Círculo Polar Ártico. Consta de unas 2000 islas -si se considera islas cualquier tipo de tamaño- aunque siete són las más importantes: Austvågøy, Gimsøy, Vestvågøy, Flakstadøy, Moskenesøy, Vaerøy y Røst. Su ubicación es entre los paralelos 67 y 68 de latitud norte y son conocidas por su gran belleza natural.
En nuestro recorrido en bus desde el puerto al poblado de Borg que está en la isla de Vestvågøy, pudimos apreciar esa belleza que posee similitudes con ciertas zonas del recorrido de nuestra Carretera Austral en Chile (apreciación subjetiva, por supuesto). El clima de las Islas Lofoten es bastante templado, si consideramos la latitud a la que se encuentran. Ello se debe a la corriente del golfo. De hecho, las islas de Rost y Vaeroy son los lugares más septentrionales del mundo donde la temperatura media está por encima de los 0º grados centígrados. El sol de medianoche se puede observar dede fines de mayo hasta mediados de julio, y en invierno las auroras boreales hacen su aparición en escena de manera masiva. Todo lo anterior y más (como p.ej. curiosidades acerca del Bacalao) lo aprendí del guía que iba en nuestro bus…, no que yo sea tan erudito y experto vikingo.
Éramos unas 20 personas que nos habíamos inscrito para visitar el Museo Vikingo de Lofotr. De hecho, es un museo viviente en su ambientación, la cena que te sirven, los personajes vikingos que son caracterizados durante la cena y representan a los acaudalados dueños de casa vikingos y sus esclavos sirvientes. Este museo es considerado uno de los más importantes en lo que a cultura vikinga se refiere. Fue creado al descubrirse el mayor edificio vikingo encontrado en la actualidad, que posee una estructura de 83 m de largo y 15 m de ancho y se construyó aproximadamente en el 500 d.c. En ella vivieron grupos de entre 50 y 80 personas. Es difícil la fotografía durante la cena, ya que está ambientado a la luz de la vela, tal como era otrora. Respecto al menú, muy sabroso pero típico: cordero con poca grasa, algunas verduras cocidas, pan con mantequilla riquísimo y un abundante brebaje alcohólico en base a miel bastante cabezón… Curioso, los vikingos no usaban el tenedor, así es que había que arreglárselas con cuchillo y cuchara no más.
Finalizada la cena, se podía recorrer la Casa-Museo y fotografiar libremente, incluso tocar algunos elementos. Fue divertido…, mientras danzábamos en circulo tomados de la mano alrededor de la hoguera, por un lado tenía de la mano a Christi y por la otra a uno de los personajes caracterizados, quien al descubrir que murmurábamos en español entre nosotros, se evidenció como mexicana. Luego conversamos un rato con ella acerca de cómo había ido a parar a esos lares. Así con las interesantes historias de vida…, no dejan de sorprender. La pasamos muy bien y también aprendimos un poco más acerca de los Vikingos y sus costumbres.
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