Iniciación Africana – Madi Madi con previa incluida

Temprano salimos a cargar bencina y al revisar el neumático reparado el día anterior, tenía un pequeño pero lindo “cototo”. En fin, partimos donde nuestro recauchador que estaba terminando de desayunar. Lo miró y revisó casi “científicamente” con cara de análisis transversal, llamó a otro experto, porsiaca – digo yo – y nos aseguró que perfectamente podíamos viajar así, pero a no más de 80 km/h. Eso nos sirvió sólo como bálsamo de salud mental, para intentar llegar a la ciudad de Oudtshoorn, ya que en Prince Albert no existían neumáticos de la medida requerida y conseguirlo en el corto plazo, hubiese sido infructuoso. Oudtshoorn estaba en nuestro camino al siguiente destino, por lo cual calzaba perfecto.
Llegamos a duras penas con el neumático, moribundo… El caucho literalmente pedía aire… En ningún local existía el tamaño requerido. Terminamos donde el representante de la marca Continental, que es la de los neumáticos que trae de origen el auto, pero tampoco tenía de la medida y se demoraría unos días en traer uno. Debe haber sido tal mi cara, mezcla de ira y frustración, que hizo otra llamada y consiguió uno de otra marca, en una localidad llamada George, que está a unos 60 km de distancia. Me aseguró que lo podían traer y estaría ahí en algunas horas.
Bien, acordamos la hora, nos pusieron el neumático de repuesto, ese de juguete que traen algunos autos y listo, partimos a aprovechar el tiempo de espera visitando una finca de crianza de avestruces africanas, que como negocio anexado, posee un tour informativo para turistas.
Gigante la finca, dicen, porque nunca pudimos ver su verdadera dimensión, con capacidad de albergar hasta 3.000 avestruces, a las cuales les sacan el jugo, es decir, se venden y aprovechan hasta las tripas. El tour cumplió su objetivo, mató el tiempo de manera distinta, pero a mí en verdad no me impresionó mucho esto de las avestruces.
Dentro del rango horario acordado, efectivamente llegó nuestro neumático, instalaron, pagué y partimos. Después veré como arreglo con el seguro.
Nuestro destino era la reserva privada Madi Madi, en donde antes que todo la idea era disfrutar el entorno y en segunda medida, realizar excursiones en jeep para avistamiento de animales. En esta reserva no tienen a los felinos grandes y tampoco elefantes o rinocerontes. El único de los “Big Five” es el búfalo africano. Se centra más en una diversidad de venados y antílopes, cebras, monos y otros de tamaño menor, así como jirafas que a pesar de los esfuerzos de los guías por encontrarlas en las dos excursiones de 3 hrs c/u que realizamos, no pudimos ver. El lodge espectacular, muy acogedor tanto por las personas que trabajaba ahí, desde camareras hasta guías, así como por su construcción y equipamiento (del tipo rústico campestre “avanzado”).
Además, bien entretenido compartir en las comidas reunidos en una mesa grande con personas de otros países, fogata nocturna (sin guitarreo…), conversación variada, pero toda, con algún grado de exigencia intelectual….y en inglés, también alemán. En todo el viaje, los de lengua latina han brillado por su ausencia, salvo una pareja de italianos, con quienes nos entendimos mejor en inglés. También compartimos con los Springbocks, especie de Impala, que conviven libremente con las personas en el lodge, así como con los simpáticos suricata, que en la vida silvestre son muy difíciles de ver.
Nuestra habitación daba directo al río bastante disminuido por la sequía, a unos 50 m de la orilla teórica o habitual, donde por razones obvias llegaba mucho animal. Por la sequía imperante especialmente en esta región del país, el caudal – que realmente no es caudal – cayó en sobre 90% respecto de lo normal para esta época. Están con serios problemas para darle agua a los animales de la reserva. Por ello, divisamos menos animales en el río de lo que esperábamos. Desde otra perspectiva, rescato la tremenda entretención que fue para mí un recorrido complejo para cualquier 4×4 que realizó el guía en búsqueda de las jirafas. A otros en el jeep, les produjo algo de tensión, debido a la bajadas y subidas en senderos angostos , severas pendientes y en altura, sobre superficie rocosa, arenosa, pedregosa suelta… La visita en Madi Madi fue buena y entretenida, pero de la cual quizás esperaba algo más.
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